Aprende a identificar el acoso psicológico

¿Recibes abucheos, te difaman, exhiben, humillan, acechan e insultan de manera persistente? Es posible que seas acosado. Te revelamos otras señales.

El acoso psicológico puede presentarse en la familia, el trabajo, la escuela, el vecindario, las redes sociales. Sin importar el contexto, es una experiencia que afecta de manera negativa el bienestar de las personas.

Para identificarlo, es necesario estar atento al estado de ánimo, a las conductas de los demás y a los malestares físicos y psicológicos que esta situación genera. Con tal propósito, en este artículo, explicaremos las maneras de reconocerlo, sus causas, consecuencias y cómo afrontarlo.

¿Qué es el acoso psicológico?

Antes de precisar esta forma de acoso, es crucial conceptualizar un término clave que hace parte de su definición: el maltrato psicológico. En su libro El maltrato psicológico (2018), José Luis de Rivera lo entiende como una interacción dañina a nivel afectivo en la que se presentan algunos de los siguientes comportamientos:

  • Insultos, amenazas, ridiculizaciones, humillaciones, rechazos, persecuciones, acechamiento.
  • Provocación de sentimientos desagradables, como temor, tristeza, preocupación, inseguridad y confusión.
  • Saboteo de actividades o tareas, perturbación de las dinámicas mentales, sobrecarga con exigencias o expectativas irrealizables.

Cuando esta clase de maltrato es continua, repetitiva, intensa, deliberada y se produce en una situación que es difícil de eludir, se llama acoso psicológico. Puede darse entre personas o entre grupos, como familias y organizaciones.

Según de Rivera (2018): «El acoso psicológico es el mantenimiento persistente e intencional de pautas de maltrato psicológico, que tienen lugar de manera injusta y desmedida, sin posibilidad de escape ni defensa, favorecidas o permitidas por el entorno en el que tiene lugar, y cuya finalidad última es eliminar al acosado o destruir su salud y sus capacidades».

¿Cómo identificar el acoso psicológico?

Reconocerlo quizás sea todo un reto, porque no tiene una manifestación física. No obstante, es posible identificar el hostigamiento psicológico mediante las señales que deja en los planos social, emocional y conductual. A continuación, te presentamos algunos consejos para que lo puedas distinguir.

Examina tu estado de ánimo

Las emociones son el reflejo de la manera en que experimentas el mundo y tus relaciones interpersonales. Préstale atención porque ayudan a identificar el acoso. Si sientes ansiedad, depresión, inquietud, soledad y estrés, podrías ser víctima de un acosador psicológico.

Observa las conductas de los demás

La conducta es la principal vía por la que se expresa el acosador. Entre los comportamientos que destacan encontramos intimidaciones, control, descalificaciones, críticas, insultos. También apela a burlas, difusión de chismes, amenazas y similares.

Tienes sentimientos de soledad

El maltrato provoca sensación de rechazo y exclusión de tu grupo de pares o de colegas. Como consecuencia, sientes soledad, aislamiento y desarraigo. Además, si tienes temor ante la idea de estar con alguien o con un grupo de personas, es posible que seas una víctima.

Experimentas malestares físicos

Si bien es cierto que este acoso no genera un daño directo sobre el cuerpo, puede tener efectos secundarios sobre él. Algunas manifestaciones físicas son dolores de cabeza, musculares o tensión; problemas digestivos y cardíacos, debido al estrés prolongado; insomnio.

¿Cuáles son los tipos de acoso psicológico?

Ser acosado/a en el plano psicológico se manifiesta en diferentes formas, relaciones y contextos. Con base en todo esto, podemos clasificarlo en las siguientes categorías.

1. Gaslighting o «luz de gas»

El gaslighting  es tipo de abuso psicológico que consiste en manipular al acosado para que dude de sus experiencias, percepciones e interpretaciones que hace de los acontecimientos. Es una forma de hacer creer al otro que está «loco». Para detectarlo, observa estas conductas en el acosador:

  • Culpa a la otra persona.
  • Niega que dijo o hizo algo.
  • Miente para confundir al acosado.
  • Crea confusión y dudas en la mente de su víctima.
  • Invalida y desacredita las emociones e interpretaciones del otro.

2. Acoso sexual

Este es un conjunto de conductas y actitudes de naturaleza sexual que incomodan, molestan o humillan. Se puede usar con fines sexuales o para intimidar, agredir u ofender. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el acoso sexual se expresa en los actos mencionados a continuación:

  • Abucheos
  • Solicitud de favores sexuales
  • Miradas sexualmente sugerentes
  • Comentarios sexuales sobre el cuerpo
  • Acecho o exhibición de órganos sexuales

3. Mobbing o acoso laboral

El mobbing se da cuando una persona o un grupo hostiga, intimida o afecta a otra en el ámbito laboral. Es un patrón en el que arrastran a la víctima a una posición de indefensión y desvalimiento. Para identificarlo, préstale atención a estas señales:

  • Gritar, insultar y amenazar.
  • Hacer sentir estúpido al trabajador.
  • Criticar la vida privada del empleado.
  • Hablar mal de la persona a su espalda.
  • Inventar y difundir rumores o chismes.
  • Atacar las creencias políticas y religiosas.
  • Asignar tareas degradantes y sin sentido.
  • Evitar hablarle al trabajador y mirarlo con gestos de repudio.

4. Acoso institucional

Para José Luis de Rivera, este acoso ocurre si un grupo persigue, agravia o presiona psicológicamente a uno o varios miembros con la complicidad del resto que acepta esa dinámica como necesaria para la estabilidad interna del equipo. El hostigamiento le permite al colectivo conservar su unidad, identidad y control.

Se trata de acciones que protegen organizaciones corruptas y decadentes. Algunos signos para identificarlo son los que pasamos a listar:

  • Persecución.
  • Complicidad grupal.
  • Amenazas, humillaciones y hostigamiento.
  • Protección institucional mediante el maltrato psicológico repetitivo.
  • Búsqueda del mantenimiento del status quo corrupto de la institución.

5. Acoso escolar

El bullying es un patrón repetido y deliberado de comportamiento agresivo o hiriente en la escuela, dirigido a personas menos poderosas. Puede presentarse con maltratos físicos y psicológicos. Con respecto a esto último, se expresa de este modo:

  • Insultos, burlas y gritos
  • Amenazas e intimidaciones
  • Manipulaciones y chantajes
  • Humillación y ridiculización

6. Ciberacoso

El acoso cibernético responde a un conjunto de conductas a través de las cuales un sujeto, grupo u organización emplea las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) para hostigar alguien. La Delegación del Gobierno para la Violencia de Género del Ministerio de la Igualdad de España presenta las siguientes conductas como parte del ciberacoso:

  • Amenazas y falsas acusaciones.
  • Uso de información privada para chantajear a la víctima.
  • Suplantación de la identidad, usurpación de datos personales.
  • Daños al ordenador de la víctima, vigilancia de las actividades de la víctima.

7. Acoso inmobiliario

En este se atosiga a una persona para que no disfrute la vivienda en la que está. El acosador perturba la tranquilidad del habitante de la casa o apartamento y crea un ambiente desfavorable. Entre las principales señales de esta persecución destacan:

  • Daños en la propiedad privada.
  • Invasión de la privacidad del inquilino.
  • Difusión de chismes sobre el habitante de la casa.
  • Ruidos fuertes que perturban la serenidad del acosado.
  • Comentarios despectivos o intimidantes sobre el acosado.

Causas del acoso psicológico

De acuerdo con José Luis de Rivera (2018), además del entorno, existen factores asociados a esta clase de ataque y se relacionan con el acosador y con el acosado. Veamos cada uno.

Factores que dependen del acosador

La personalidad del acosador tiene una influencia esencial para que se genere el hecho. Estas personas tienden a ser narcisistas y paranoides, convenciéndose así de sus actividades acosadoras.

  • Control: son individuos controladores. Mediante la manipulación y la coerción, intentan ejercer dominio de sus víctimas.
  • Mediocridad: los acosadores suelen no buscar la excelencia y tampoco la estimulan en los demás. Por eso, nunca reconocen los éxitos ajenos.
  • Envidia: para el acosador, el acosado es su enemigo, es alguien a quien envidia porque percibe que tiene cualidades superiores. El sufrimiento del otro es fuente de goce para él.

Factores que dependen del acosado

Los siguientes factores no son causas directas del acoso, más bien son cualidades de la víctima que el acosador usa para maltratarla.

  • Dependencia afectiva activa: el afán de aprobación, el miedo al rechazo, la necesidad de validación y seguridad pueden hacer que la persona dependiente acepte y normalice el ataque para conservar la relación que tiene con el acosador.
  • Autenticidad: este rasgo se convierte en un factor de riesgo, porque el acosador quizás lo tome como una amenaza para su necesidad de control. Además, frente a la autenticidad, el victimario ejercería mayor presión para dominar a su víctima.
  • Inocencia psicológica: la persona inocente tal vez pase por alto las intenciones de los demás, lo que hace que subestime la maldad, las actitudes y las conductas negativas del acosador. Así facilita que este último continúe con su maltrato persistente.

¿Cuáles son las consecuencias de ser acosado/a psicológicamente?

Las secuelas que deja este asedio tienden a incidir en el funcionamiento cotidiano del afectado y sus relaciones interpersonales. Este tipo de experiencias deterioran el bienestar emocional y la calidad de vida, manifestándose en consecuencias como las que procedemos a detallar.

Ansiedad

Las víctimas de acoso sienten nervios constantes, temor, preocupación, inquietud, peligro y debilidad. También, se les acelera el ritmo cardíaco y la respiración, su sudoración aumenta y experimentan temblores. Padecen mucha ansiedad.

Depresión

Ser acosado/a puede provocar desesperanza, sensación de vacío, desesperación, sentimientos de culpa e inutilidad, tristeza prolongada, frustración, falta de energía. Todo esto lleva a la depresión.

Estrés crónico

El ataque constante, las humillaciones, los insultos y las amenazas hacen que quien sufre acoso sienta estrés la mayor parte del tiempo. Este efecto deteriora de manera significativa la calidad de vida, causando fatigas, malestares estomacales, trastornos del sueño, dolores musculares, etc.

Baja autoestima

Cuando alguien es maltratado de forma psicológica se socava la confianza y el amor que se tiene en sí mismo. La baja autoestima se expresa en indecisión, inseguridad, pesimismo, sentimientos de inferioridad, diálogo interno negativo.

Irritabilidad

Para algunos acosados, es normal tener episodios explosivos de ira o pasar parte del tiempo en un estado irritable. La presión constante que reciben del o los acosadores llega a afectar de manera negativa su capacidad de regular las emociones y de mantener la calma.

Ideación suicida

Uno de los efectos más devastadores de este maltrato es que la persona contemple la posibilidad de quitarse la vida. En algunos casos, el acosado puede suicidarse o autolesionarse.

Problemas interpersonales

Debido a que el acosamiento deteriora la autoestima, la persona presenta problemas serios para relacionarse con otros. Es posible que tenga dificultades para confiar o para abrir sus emociones. Sus cambios de humor y estado depresivos generan pautas de interacción poco saludables que aminoran la calidad de los vínculos interpersonales.

¿Cómo afrontar el acoso psicológico?

La mejor forma de encarar este problema es buscando ayuda legal y psicológica. Existen muchos profesionales capacitados para orientarte en estos casos. Con su acompañamiento tendrás un fundamento sólido al momento de afrontar tal experiencia. A continuación, te dejamos consejos generales.

Reconoce el acosamiento

Para salir de este problema tienes que, primero, identificarlo y aceptar que eres víctima de él. Segundo, es preciso aceptar las emociones que te genera y que procures regularlas de un modo saludable. Por último, actúa en favor de tu salud mental.

Establece límites

Déjale claro al acosador que sus actos son inaceptables para ti y que no los permitirás. Además, adviértele que tomarás medidas serias en caso de que su conducta se vuelva a presentar, como reportar el suceso o buscar ayuda legal. Es necesaria la firmeza y la asertividad al poner límites.

Evita la culpa

Acepta que no eres responsable de las humillaciones, maltratos, amenazas, insultos y demás formas de acosar. La víctima eres tú. Por ende, no eres culpable de lo que te sucede.

Prioriza tus necesidades y tu salud

Procura satisfacer tus necesidades emocionales antes de que otros persistan en su intento de acosarte. Cuida tu salud mental y física: aliméntate sano, haz ejercicio físico, duerme lo suficiente, comparte tiempo con tus seres queridos, etc.

Ten una red de apoyo

Acude a tus amigos o familiares para encontrar ayuda. Habla con ellos y exprésales lo que vives y sientes. La compañía de estas personas te puede dar fortaleza y disminuir un poco el estrés. Sentir el respaldo de personas significativas será un gran apoyo.

Busca ayuda profesional

Pide la ayuda de un psicólogo para aprender a lidiar con tus emociones y a procesar la experiencia que has tenido. También, solicita asesoramiento legal en caso de que decidas tomar medidas judiciales.

No dejes de luchar por ti

El maltrato psicológico persistente tiene efectos trascendentes en la salud mental de los acosados. Algunas personas se deprimen, se sienten ansiosas o culpables, mientras que otras desarrollan trastornos del sueño y problemas digestivos o somáticos.

Para hacerle frente es imprescindible identificarlo. Una manera de reconocer el acoso es estar atento a las señales que aquí te compartimos. Por fortuna, quienes son víctimas de acosadores tienen la posibilidad de recibir asistencia psicológica y legal; esta una manera de luchar y salir de ello.

José Padilla.

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