Cómo lograr una fuerza de voluntad inquebrantable

La fuerza de voluntad es la capacidad de resistir las tentaciones a corto plazo para alcanzar objetivos a la larga. El autocontrol al que recurres para no fumarte la cajetilla entera de tabaco, lograr salir a correr en lugar de poner Netflix o no enviar ese mensaje bomba a tu ex.

Si bien algunos expertos se oponen a este término o incluso dudan de su existencia, se cree que la fuerza de voluntad es uno de los factores determinantes del éxito personal y profesional. Pues esta actitud otorga la constancia que permite alcanzar los propósitos sin dejarse llevar por las adversidades.

El profesor de Stanford, Walter Mischel creó la famosa prueba The Marshmallow Experiment, en el que se dejaba a un niño solo con el dulce, indicándole que no podía comérselo, para analizar la reacción. Años después se encontró que los que eran capaces de retrasar la gratificación de pequeños tenían mejores resultados profesionales en la vida adulta.

¿La fuerza de voluntad puede ser ilimitada?

Ciertas personas parecen tener una fuerza interior colosal para no caer en las tentaciones. Mientras que tú sucumbes a la mínima, hay está ese amigo o familiar que no ha fallado a su cita con el gimnasio desde que se apuntó. O que se sienta delante del ordenador y no cede a la distracción.

¿La fuerza de voluntad depende de cada persona y no tienes nada que hacer o existe un brillo de esperanza y puede cambiarse?

Cómo recoge un artículo en BBC si bien se tendía a pensar que se trataba de lo primero investigaciones de Stanford, mostraron que tus reservas de autocontrol y concentración mental parecen estar determinadas por tu mentalidad.

Prueba que la fuerza de voluntad —la capacidad de ejercer autocontrol—es un recurso limitado que se agota tras el esfuerzo. Proponemos que el hecho de que se produzca o no el agotamiento depende de la creencia de la persona sobre si la fuerza de voluntad es un recurso limitado”, concluía un estudio de 2010 de la psicóloga Veronika Job.

Así, una visión “limitada” de la fuerza de voluntad supone pensar que cuando se acumulan situaciones que te desafían, cada vez es más difícil resistirse a ellas. Mientras que una “no limitada” hace que tu resistencia mental se vea potenciada cuando no cedes a la tentación.

En otro de sus estudios, Job apunta a que la mentalidad de la fuerza de voluntad podía predecir los niveles de procrastinación de los estudiantes antes de los exámenes. Los que la concebían como no limitada perdían menos el tiempo. También eran menos propensos a comer comida rápida o a gastar de forma impulsiva, bajo la presión del curso.

Tras seguir a más de 300 participantes durante 3 semanas, la investigadora Zoë Francis, profesora de psicología de la Universidad de Fraser Valley, descubrió de manera similar que las personas con una mentalidad no limitada son más propensas a hacer ejercicio y menos a picar entre horas que las que tienen una creencia limitada.

Cómo tener más fuerza de voluntad

A tenor de estos estudios, parece que puedes empezar por ser más positivo en cuento a cómo concibes tu capacidad de autocontrol, si quieres mejorar este aspecto. Pero no es lo único que puedes poner en práctica.

“Una de las cosas más importantes que puedes hacer para mejorar tu fuerza de voluntad es aprender a controlar mejor el estrés, o incluso acordarte de respirar hondo cuando te sientas abrumado o tentado”, aconsejó en 2011 en Scope, publicación médica de la universidad de Stanford, Kelly McGonigal, psicóloga de la salud de dicha institución y autora del libro The Willpower Instinct (El instinto de la fuerza de voluntad).

Como evidencia la especialista, la necesidad de autocontrol activa una serie de cambios en el organismo. Conocida como “respuesta de pausa y plan”, pone a tu cuerpo en un estado más tranquilo. También envía energía extra a la corteza prefrontal del cerebro, que ayuda a controlar los impulsos y los antojos.

Lo cual se ve comprometido bajo el estrés. “La respuesta de lucha o huida inunda el cuerpo de energía para actuar instintivamente y se la roba a las áreas del cerebro necesarias para tomar decisiones sabias”, explica. “El estrés también nos incita a centrarnos en objetivos y resultados inmediatos y a corto plazo, pero el autocontrol requiere tener presente el panorama general”.

De ahí que la psicóloga recomiende la meditación y el ejercicio físico, “como las 2 cosas que han demostrado entrenar la reserva o fuerza de voluntad del cerebro”. Mientras que lo primero desarrolla el autocontrol, lo segundo capacita mejor frente al estrés.

“Pensar en pequeño” es otra forma de dar pasos seguros a tu objetivo. Ante los propósitos  de gran envergadura “no podemos imaginar cómo lo que estamos haciendo ahora nos llevará a donde queremos”, incide.

Prueba a no picotear durante una semana en lugar de empezar una dieta de forma radica. O apaga las alertas del móvil en las horas de trabajo en vez de borrar todos tus perfiles de redes de una vez. Al ver que eres capaz de hacer esto tu fuerza de voluntad se verá reforzada para motivarte a superar tareas más duras.

Cristina Fernández Esteban

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