Aunque trabajé en proyectos de educación financiera durante años, sé que aún me queda mucho por aprender sobre la gestión del dinero.
Por eso, desde 2017 trabajo con una planificadora financiera, Liz, de la New School of Finance Inc, una empresa de planificación financiera con sede en Toronto, Canadá.
Con la intención de convertirme en una mejor inversora, le pedí sus tres mejores consejos para cualquier persona que quiera crear riqueza. Esto es lo que me recomendó:
1. Conoce tu tolerancia al riesgo
Hace aproximadamente un año, aumenté el factor de riesgo de mi plan de ahorro para la jubilación por segundo año consecutivo. Hice este cambio porque mi horizonte temporal para utilizar estos fondos es a largo plazo. De alguna manera, me estoy acercando a inversiones ligeramente más agresivas como una forma de terapia de exposición.
Según Liz, lo más importante en lo que respecta a la tolerancia al riesgo —dejando de lado la parte emocional y psicológica— es el plazo en el que vas a utilizar ese dinero y lo estricto que sea ese plazo. Cuanto más corto sea, menos riesgo querrás asumir con tus inversiones.
“Cuanto más largo o flexible sea el plazo, más riesgo podrás asumir”, afirma.
Para inversiones a largo plazo (más de 25 años), el rendimiento de las carteras conservadoras y las agresivas no es muy diferente. A corto plazo puede parecerlo, pero a largo plazo las cosas tienden a equilibrarse. El factor riesgo es más importante cuando el plazo es corto, es decir, si piensas utilizar ese dinero pronto.
“Tenemos que ser muy conscientes de cuánto riesgo podemos permitirnos asumir si pensamos utilizar el dinero a corto plazo”, dice Liz. “Pero si el plazo es largo, en realidad importa menos de lo que pensamos si invertimos de forma muy agresiva o muy conservadora, así que es mejor dejarse llevar por nuestro instinto”.
Si vas a utilizar el dinero en menos de cinco años, probablemente te convenga dejarlo totalmente fuera del mercado y utilizar una opción que devengue intereses, como una cuenta de ahorro remunerada o un depósito.
2. Explora tus opciones para invertir
Cuando empecé a invertir, tenía fondos gestionados activamente por uno de los cinco grandes bancos de Canadá. Al poco tiempo, me pasé a las inversiones con roboadvisors para ahorrar en comisiones.
Ahora, todas mis inversiones están en cuentas de roboadvisors. No me siento cómoda pagando a alguien para que gestione activamente mis inversiones o intente batir al mercado, porque nadie tiene una bola de cristal.
Muchas entidades financieras ofrecen este tipo de servicios, desde grandes bancos tradicionales a bancos online más pequeños. Los roboadvisors pueden ser una buena opción para quienes quieren invertir y “no están interesados en el estilo tradicional de gestión activa”, explica Liz.
“Lo que quieren es invertir en índices pasivos con una comisión baja, y no se sienten obligados a tener necesariamente un asesor a tiempo completo. Se sienten cómodos utilizando una plataforma online”.
La gente parece tener muchos más conocimientos de inversión, en general, que hace cinco o diez años, según Liz. Los clientes millennial y de la generación Z, en particular, acuden a ella después de haber investigado mucho y con una idea de lo que quieren hacer, pero queriendo confirmar su estrategia con un profesional.
3. Actúa con cautela
Nuestra conversación giró en torno al salvaje mundo de las redes sociales, la inteligencia artificial y las noticias falsas. Aunque estoy de acuerdo con el empoderamiento financiero y el papel que desempeñan las redes sociales para hacer más accesible la información financiera y acabar con los tabúes que rodean al dinero, desconfío de mucha de la información que veo en redes.
Hablamos del auge del finfluencer con curiosidad y cautela a partes iguales. La mejora del acceso a la información financiera ha dado sus frutos: ya no la guardan las grandes instituciones financieras. Pero “es importante ser siempre crítico con lo que se consume“, afirma Liz. Tambien se comparte información errónea. Así que actúa con la debida cautela y asegúrate de que utilizas fuentes fiables.
Ten en cuenta que la información que encuentras en Internet no está adaptada a ti ni a tu vida. Ese es otro problema: “Algo puede ser cierto, pero no adecuado para ti”, advierte Liz.
Puede ser complicado saber qué es lo adecuado para ti cuando alguien está intentando venderte algo. No pasa nada por ir a tu banco y preguntar qué productos de inversión podrían ser adecuados para tu perfil, pero Liz recomienda investigar primero.
“Probablemente no entrarías en un concesionario de coches y preguntarías: ‘¿Qué me compro?’ Pregúntate a ti mismo: ¿Con quién estoy hablando, cuál es su papel en esto y qué interés tiene en ello?