Para tener unas finanzas a prueba de recesión, necesitas tener un dinero ahorrado para imprevistos —gastos que de ninguna otra forma puedes prever—.
Esta partida se conoce como el colchón o el fondo de emergencia y no debe confundirse con los métodos de ahorro para vacaciones o grandes compras de lujo, por ejemplo.
El dinero del fondo de emergencia sólo lo puedes utilizar en situaciones de necesidad: una avería en el coche o un electrodoméstico de casa, gastos asociados a un problema de salud o el desempleo. Es decir, no cubre un móvil nuevo, un boda y mucho menos la entrada de una vivienda.
A pesar de ser una herramienta financiera cuyo objetivo es cubrir desembolsos que no puedes prever, los expertos en finanzas han estimado una cantidad mínima que siempre debes tener en tu colchón. Esta cantidad establece una relación entre tus ingresos y gastos.
Los planificadores y asesores financieros recomiendan, como mínimo, tener un colchón que cubra tres meses de ahorro equivalente a tus ingresos o gastos fijos de ese periodo. Aunque lo ideal es que el fondo de emergencia cubra de seis a nueve meses de gastos imprescindibles (vivienda, suministros y transporte, por ejemplo) o los ingresos de ese mismo periodo.
Así, si cobras 1.500 euros y tus gastos fijos son 1.000 euros al mes, deberías tener entre 3.000 euros y 4.500 euros de fondo de emergencia —tres meses de gastos fijos o tres meses de ingresos—.
¿Qué sucede si empiezas a ingresar más dinero o tus gastos fijos crecen más de la cuenta?
Primero, deberías revisar tu presupuesto personal o tu capacidad de ahorro para planificar en qué te vas a gastar ese dinero. Segundo, tendrás que ajustar tu presupuesto a tus ingresos o recortar los gastos innecesarios o buscar sustitutos a los gastos que ahora son excesivos. Y, tercero, has de recalcular cuánto dinero necesitas tener en tu colchón.
Tu fondo de emergencia no puede darte la misma seguridad cuando estás trabajando por cuenta ajena, como por cuenta propia. Tampoco puede reflejar los gastos que tienes como estudiante compartiendo piso, que los que asumes cuando te independizas en solitario o formas una familia… Cada situación económica necesitará un colchón de seguridad ajustado a su realidad.
Siempre que tu situación económica mejore, tu fondo de emergencia debe hacerlo en consecuencia. Más si tu situación económica empeora. Es decir, si durante un tiempo tienes que tirar del colchón, entonces deberás diseñar un plan para reponer ese dinero cuanto antes.
Tener separado ese ahorro te preparará para afrontar una crisis cuando la haya o tengas que tomar decisiones que afecten a tu bolsillo —como un cambio de empleo—. También para los escenarios económicos positivos, como gestionar con más tranquilidad tus finanzas a largo plazo o asumir el coste de una nueva vivienda.