¿Qué es el criticismo? Una doctrina propuesta por Immanuel Kant

En el ámbito de la filosofía moderna es muy conocida la disputa entre idealismo y empirismo. Immanuel Kant vino a romper este debate postulando su criticismo filosófico.

El criticismo, también llamado idealismo trascendental, es la teoría propuesta por el prusiano Immanuel Kant. La misma considera que el conocimiento humano debe tener unos límites precisos para alcanzar un entendimiento verdadero y válido según nuestras capacidades cognitivas.

Esta teoría intentó ser una respuesta superadora al idealismo, cuyo máximo exponente fue René Descartes, y también al empirismo de John Locke y David Hume. Por lo tanto, Kant tomó los fundamentos de ambas corrientes y creó un sistema crítico que buscaba establecer los límites de todo conocimiento posible.

Criticismo de Immanuel Kant

La doctrina filosófica del criticismo tiene como objetivo criticar el conocimiento. Significa que la razón es sometida a un examen crítico para determinar las condiciones en las que es posible alcanzar un conocimiento racional a priori, es decir, anterior a cualquier experiencia sensible.

Esta teoría se exhibe por primera vez en el año 1781, momento en que se publica el libro de Immanuel Kant titulado Crítica de la razón pura.

Partiendo de ello, este idealismo reflexiona de modo minucioso sobre el propio conocimiento. En este examen, Kant descubre que las estructuras mentales del sujeto que conoce tienen una participación muy activa en el proceso de aprehender el mundo que lo rodea.

Antecedentes de la filosofía kantiana

Para comprender el origen del idealismo kantiano es muy importante tener en cuenta el contexto de época y, a su vez, la fase pre-crítica del autor. En este sentido, la filosofía crítica se desarrolla en un período de emancipación y confianza en la razón humana.

Así, los pensadores de la modernidad sostenían que el único saber verdadero, válido y universal era el que se asentaba sobre bases racionales.

Solo de este modo puede comprenderse el interés de Kant por examinar la razón hasta sus últimas consecuencias. Y esta inclinación puede encontrarse en sus escritos pre-críticos, en especial, en su obra Disertación de 1770. En ella se explica por primera vez la concepción de conocimiento sensible como una intuición inmediata.

Esto significa que los objetos del mundo se manifiestan ante el sujeto, quien los aprehende a partir de las condiciones estructurales de la sensibilidad, que son el espacio y el tiempo. Esta será una tesis fundamental del idealismo trascendental.

Características del criticismo

La teoría crítica representó un antes y un después en la reflexión de la disciplina. Sus postulados permitieron resolver algunos problemas del racionalismo; por ejemplo, la dificultad para explicar cómo conocemos el mundo exterior solo a través de las ideas. En este aspecto, la propuesta del prusiano siempre fue investigar los límites y alcances del conocimiento humano. Veámoslo más en detalle.

Señalamientos al dogmatismo

Suele decirse que la doctrina kantiana representa una superación del idealismo y del empirismo. En este descubrimiento, la propuesta empirista formulada por David Hume tuvo mucho que ver. Este intelectual escocés sostuvo que la única fuente válida de conocimiento eran las impresiones sensibles, las cuales el sujeto recibe de manera pasiva.

Kant mismo manifiesta que esta postura lo despertó de su sueño dogmático, ya que se dio cuenta de que el conocimiento no parte solo de ideas innatas. Sin embargo, su propuesta se centra en descubrir y fundamentar las estructuras mentales que hacen posible el entendimiento, otorgando así un rol protagónico al sujeto.

Punto de partida: el conocimiento es un hecho

Esta filosofía parte del hecho de que es posible el conocimiento para el ser humano. Así las cosas, no se cuestiona si el mismo es factible o no, pues va de la idea de que el sujeto conoce. Ahora bien, todo su sistema busca poner de manifiesto cuáles son las condiciones de posibilidad para que el hombre pueda conocer.

Carácter trascendental

El término «idealismo trascendental» hace referencia a las condiciones subjetivas que posibilitan que los seres humanos experimenten y tengan conocimiento del mundo que los rodea. De esta manera, Kant establece como estructuras innatas o a priori del conocimiento a la sensibilidad y el entendimiento.

Los límites a la razón

En este examen crítico del entendimiento, Kant descubre y expone el carácter finito de la razón humana. Es decir, si bien podemos pensar una infinidad de cosas, muchas de ellas no pueden ser conocidas. Esto se debe a que nos encontramos limitados por nuestras estructuras mentales que solo nos permiten conocer los fenómenos u objetos que se nos aparecen.

Ante a ello, en esta línea del idealismo se establecen los límites para conocer. Kant sostiene que solo podemos tener conocimiento de los fenómenos y no de las cosas en sí o noúmenos (lo que es objeto del conocimiento racional puro).

Se debe a que estos últimos no son objetos de la intuición sensible y, por lo tanto, escapan de las estructuras mentales del sujeto. No obstante, esto no significa que no tengan lugar en la filosofía kantiana, ya que, de todas maneras, el noúmeno o cosa en sí puede ser pensado, pero no conocido.

Giro copernicano

Dentro de la filosofía moderna, el idealismo trascendental es considerado como un giro copernicano. De acuerdo esto, las reflexiones filosóficas no deberían pensar al sujeto girando alrededor del objeto, como propuso la corriente idealista. En su lugar, es el objeto el que debe girar en torno al sujeto. En consecuencia, los fenómenos que nos rodean se tienen que adaptar al modo en que los seres humanos conocen.

Sensibilidad y entendimiento

La sensibilidad y el entendimiento son estructuras propias del sujeto que conoce y no del objeto a conocer. Sin estas no podemos sentir ni entender los objetos que nos rodean. En este aspecto, Kant sostiene que el modo de funcionamiento de la sensibilidad es espacio-temporal. Es decir, el espacio nos permite representarnos las cosas u objetos fuera de nosotros. Por su parte, el tiempo implica cierto ordenamiento interno de lo dado en la exterioridad.

El entendimiento aporta a la sensibilidad los conceptos que sirven para ordenar y unir la multiplicidad sensible a partir de categorías.

Los juicios del conocimiento

Atendiendo a la perspectiva kantiana, el conocimiento científico se formula a partir de proposiciones o juicios de carácter universal. Estos tienen la forma de sujeto y predicado. Un ejemplo puede ser el enunciado «la silla es blanca».

Ahora bien, el filósofo prusiano clasifica a los juicios en dos grandes grupos. Por un lado, están los juicios analíticos a priori que son universales, pero no aportan datos nuevos al sujeto. No amplifican el conocimiento.

Por otro, se encuentran los juicios sintéticos a priori que Kant considera que son los enunciados que constituyen a la ciencia. Por lo tanto, siempre agregan contenido nuevo del sujeto y no recurren a la experiencia, por eso son a priori.

Críticas posteriores al idealismo trascendental

El criticismo propuesto por Immanuel Kant generó muchas controversias en el ámbito filosófico, en especial, porque su filosofía no fue comprendida en su totalidad. Al respecto, un artículo publicado por la Revista de Estudios Sobre Fichte menciona dos señalamientos muy conocidos hacia la teoría kantiana, efectuadas por Christian Garve y Friedrich Jacobi.

La crítica de Garve sostiene que el idealismo trascendental reduce los objetos a meras apariencias. En consecuencia, es imposible distinguir lo imaginario de lo real. Por lo tanto, cualquier objeto ilusorio puede presentarse en coordenadas espacio temporales y así pasar a convertirse en un objeto de la intuición sensible que, en realidad, no lo es.

Por su parte, Jacobi sostiene que los objetos son para los idealistas trascendentales meras determinaciones subjetivas de la mente. Las mismas carecen de todo valor objetivo, ya que, en la perspectiva kantiana, los objetos se reducen a condiciones subjetivas de la mente.

Asimismo, Jacobi considera que todo lo que excede a nuestro mundo mental no puede saberse ni conocerse. Así, parecería que estamos encerrados en nuestro propio intelecto.

Criticismo en la actualidad

Hoy día, la teoría de Kant se concibe como una actitud ante la vida. Esto significa que se trata de una postura que aprecia el mundo que lo rodea de manera muy crítica. Entonces, suele someterse cualquier conocimiento considerado por la mayoría como verdadero a un examen exhaustivo con el fin de establecer su verdad o falsedad.

Por lo tanto, nada pasa por desapercibido. Y es común que ante creencias muy arraigadas, como pueden ser la religión y la política, se busquen fundamentos racionales que permitan dejar de ser creencias y pasar a convertirse en verdades universales.

Una teoría importante para el desarrollo de filosófico posterior

La filosofía de Immanuel Kant introdujo nuevas interpretaciones sobre la posibilidad del conocimiento para los seres humanos. A pesar de los señalamientos que ha recibido, no se puede desdeñar su esfuerzo intelectual que, en resumidas cuentas, nos indicó lo que sí podemos conocer y lo que no.

En este sentido, el criticismo vino a echar por tierra siglos de especulación metafísica que pretendía enunciar saberes acerca de cosas que, en realidad, trascienden los límites de nuestra experiencia.

Pero no todo es negativo, ya que el idealismo trascendental le proporcionó a la disciplina un nuevo ímpetu. Así las cosas, los años posteriores a la formulación de esta doctrina, estuvieron marcados por la reflexión de la corriente idealista especulativa y del positivismo. La primera es más del ámbito de la filosofía y la segunda se circunscribe al espacio de la ciencia.

Jennifer Rojas

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