Cuando tenía 20 años no estaba pensando en el ahorro para la jubilación. Apenas ganaba lo suficiente para pagar todas mis facturas. Si me sobraba dinero, lo gastaba inmediatamente en salir con amigos, ir a cenar y viajar.
Ya en ese momento tenía a varias personas en mi vida —desde mi antiguo jefe hasta amigos expertos en finanzas— que intentaban animarme a abrir una cuenta para la jubilación. Pero yo les ignoraba. Me parecía muy difícil ahorrar dinero para el futuro cuando apenas podía ahorrar nada ahora.
Pero justo antes de cumplir los 30, me di cuenta de que quería cambiar muchos de mis hábitos financieros para poder alcanzar grandes metas personales.
Además de aumentar mi patrimonio neto, también quería encontrar la manera de jubilarme a los 50 años siendo millonaria. Sin cuenta de jubilación y con muy poco efectivo ahorrado, he pasado los primeros 5 años de mi treintena siendo muy eficiente con mis finanzas.
Estas son las 5 formas en las que trabajo mensualmente para lograr ese objetivo.
1. Vigilo de cerca cada euro que entra y sale de mi cuenta
Antes, la idea de ceñirme a un presupuesto o controlar mis finanzas me parecía demasiado estresante. Pero como rara vez miraba mis cuentas bancarias o los extractos de las tarjetas de crédito, mis gastos estaban fuera de control.
Para asegurarme de que progreso hacia mi objetivo de ser una jubilada millonaria a los 50, vigilo de cerca cada euro que entra y sale de mi cuenta.
Me ciño a un estricto presupuesto de gastos cada mes. Me aseguro de gastar un porcentaje menor de mis ingresos que en el pasado para poder recuperar el tiempo perdido y ahorrar más.
Lo primero que hago es desglosar lo que puedo gastar en distintas categorías, desde comida hasta ropa, y hago un seguimiento de mi gasto diario en cada una de ellas.
El día 15 de cada mes, comparo mi presupuesto con lo que ya he gastado y luego vuelvo a calcular cómo planeo llegar a fin de mes sin pasarme ni un céntimo. Aunque esto signifique cancelar planes o hacer tuppers, ser consciente me permite no cometer un error como ir un par de cientos —o 1.000— euros por encima de mi presupuesto cada mes.
2. Siempre estoy explorando nuevas fuentes de ingresos
Cuando me despidieron de mi trabajo a tiempo completo en 2015, decidí emprender mi propio negocio. Mi objetivo principal era duplicar mis ingresos de ese trabajo y seguir buscando formas de ganar más de lo que podría trabajando en una empresa.
Para conseguirlo, tengo múltiples flujos de ingresos que provienen de una serie de productos y servicios. También tengo diferentes flujos de ingresos pasivos que me permiten aumentar lo que soy capaz de ganar cada mes como empresaria en solitario.
Estos flujos incluyen la venta de productos digitales (cursos y libros), dividendos de inversiones e ingresos de afiliados.
Dado que una de las principales vías que me permitirán alcanzar mi gran objetivo de jubilarme como millonaria es encontrar más formas de obtener ingresos adicionales, dedico unas 5 horas al mes a investigar nuevas fuentes de ingresos que pueda probar para aumentar mis ganancias anuales.
3. Estoy centrada en mis aportaciones para la jubilación
Esperé hasta los 30 para abrir un fondo para la jubilación (una SEP IRA, como se conoce en Estados Unidos) y hacer aportaciones.
Tener un plan para la jubilación no sólo me proporciona beneficios financieros ahora, como deducciones fiscales, sino que me ayudará a mantener mi estilo de vida en el futuro, cuando decida dejar de trabajar y cobrar el dinero que ha ido creciendo en esa cuenta con el interés compuesto.
Aunque quiera gastar ese dinero ahora, mantengo mi inversión de un porcentaje determinado de mis ingresos ganados cada mes a mi cuenta de jubilación.
4. Me ciño a un plan de inversión
Cuando empecé a ser más cuidadosa con mi dinero, pude empezar a ahorrar más cada mes. Hace unos años, por fin conseguí invertir parte de ese dinero en distintos activos en función de mis objetivos a corto y largo plazo. Trabajé con un asesor financiero para diseñar una cartera de acciones, bonos, fondos indexados y más.
Para poder beneficiarme de los rendimientos compuestos que, con suerte, me ayudarán a aumentar mi patrimonio neto, hago inversiones mensuales recurrentes en cada una de estas cuentas.
5. Intento que mi dinero disponible siga creciendo en mi cuenta
Aunque cada mes invierto una parte de mis ingresos en diferentes activos, también mantengo una parte del efectivo en mis cuentas bancarias.
Un gran error financiero que cometí a los 20 años fue guardar todo el dinero extra que tenía en una cuenta de ahorro que generaba pocos intereses. Ahora, me aseguro de guardar todo el dinero extra que tengo en cuentas que realmente hagan que siga creciendo.
Por ejemplo, a principios de este año, puse la mayor parte de mi dinero en cuentas de ahorro de alto rendimiento y CDs con tipos de interés del 4% al 5%. Como no estoy muy segura de qué hacer con ese dinero extra, al menos a corto plazo está inactivo y sigue generando intereses compuestos.