Cómo las parejas gestionan sus finanzas en España (y cómo debería ser)

Uno de cada cuatro españoles no comparte información sobre su dinero con nadie.

Sin embargo, hoy los menores de 35 años son más pobres que en 2002 y los mayores de 45 son más ricos que hace 20 años. Según los últimos datos disponibles, el salario medio anual ronda los 26.900 euros por trabajador en 2022, un 4,1% más que el año anterior. Pero los precios subieron un 8,4% ese mismo año… Y todavía un 28% de los españoles declara cobrar por debajo de los 20.000 euros.

En otras palabras: los españoles tienen la necesidad de cambiar su situación financiera, de gestionar mejor su dinero y de sacarle una rentabilidad al dinero que consiguen ahorrar.

A nivel individual, esto ya se está reflejando en sus bolsillos. Pero, ¿y en pareja?

El primer paso es hablarlo. El dato positivo es que las generaciones más jóvenes sienten menos vergüenza al hablar sobre el dinero —y cerca del 50% reconoce que les gusta hablar y pensar en ello, según el estudio de ING—. Y la mayoría de la población española, independientemente de la edad, prefiere hablar de dinero con su pareja, antes que con sus amigos o compañeros de trabajo.

Pero retrasan la conversación hasta después del año de relación, según una encuesta de Finect.

“Suele ser uno de los temas más delicados, dado que implica una serie de consideraciones complejas: las perspectivas individuales sobre el dinero, los ingresos de cada uno, así como las metas y prioridades de gasto de cada uno. Pero conocer el estado financiero de ambos no solo les permite alcanzar sus objetivos, también reduce las fricciones o peleas entre la pareja”, sugiere Olivia Feldman, economista y especialista financiera del comparador HelpMyCash.com.

En 2022, las dificultades económicas por no hablar del dinero era uno de los principales motivos de divorcio —y el primero que no tenía que ver con el amor en la relación—, según la Asociación Española de Abogados en Familia. ¿El dilema? Tenemos un bajo nivel de conocimientos financieros y, aun así, creemos que sabemos más que nuestra pareja.

En este escenario, la comunicación y la coordinación son esenciales para aprovechar al máximo los recursos compartidos —y así evitar problemas que van más allá de las finanzas—.

Los gastos divididos, según el bolsillo

Casi un 20% de los españoles no saben cuánto dinero se gasta al mes. Según el estudio de ING, la media ronda los 813 euros fijos mensuales. Aunque el INE estima que la cifra por hogar está más cerca de los 1.650 euros por hogar. Y un 30% (o más) se va en la vivienda.

En muchas familias aún se mantiene el tradicional reparto en el que solo uno de los miembros de la pareja se hace cargo de las cuentas de la casa —pero cada vez son menos—. La mayoría de los hogares comparten los gastos por igualY, de nuevo, los jóvenes están marcando una nueva tendencia: repartir los gastos en proporción a los ingresos en vez de dividirlos al 50%.

“En España, la forma en que las parejas gestionan sus finanzas está en plena transformación. Si bien la evolución social ha impulsado modelos más colaborativos y equitativos, aún persisten desafíos que impiden alcanzar una estabilidad económica y un crecimiento patrimonial sostenido”, señala Richard Gracia, experto en finanzas personales, CEO de El Método RICO.

Sin embargo, la brecha de género sigue ahí.

Los hombres suelen mostrarse más abiertos a compartir detalles sobre su cuenta bancaria que las mujeres, lo que puede provocar desequilibrios en la toma de decisiones del día a día, en la construcción del presupuesto y en la persecución de los objetivos financieros.

A final de mes, cuando los gastos exceden los ingresos, ellos están más dispuestos a recortar sus gastos variables —como las salidas a los restaurantes o el ocio— que a tocar el ahorro. Y presumen de hacerlo bien: los hombres declaran tener casi tres veces más dinero ahorrado que las mujeres (probablemente también influya que ganan más que ellas, un 25,7% más, según el INE).

“A veces resulta difícil porque se tienen diferentes costumbres, hábitos de consumo, formas de gastar o maneras de afrontar ciertos aspectos de la vida, pero hablar de dinero permite construir los cimientos de la relación sana y también conseguir un nivel de intimidad sólido y seguro”, comenta Feldman.

“Una distribución clara de gastos, una planificación presupuestaria precisa y la fijación conjunta de metas —como adquirir una vivienda o planificar un viaje— contribuyen a reducir significativamente las tensiones financieras”, recomienda Gracia.

Las cuentas juntas, pero no revueltas

En la práctica, unas parejas optan por mantener cuentas separadas para gastos personales y una cuenta conjunta para cubrir facturas del hogar. Otras prefieren centralizar todos los movimientos. Según los datos de Revolut, en España, el 49% de las parejas prefieren las cuentas conjuntas para los gastos compartidos —muy por encima de la media europea, que está en un 34%—.

“En los últimos años, se ha observado un cambio significativo: cada vez más parejas optan por métodos colaborativos que combinan una cuenta conjunta para gastos comunes con cuentas individuales para conservar la autonomía personal”, comenta Gracia.

“Según datos de Banco Sabadell, aproximadamente el 50% de las parejas utilizan una conjunta para cubrir los gastos, cerca del 30% prefiere mantener cuentas separadas, y un 20% ha adoptado un sistema híbrido que integra ambos enfoques”, añade.

Cada método tiene sus ventajas: las cuentas separadas protegen la autonomía individual, mientras que las cuentas conjuntas facilitan el seguimiento y la planificación de los gastos comunes. Los asesores financieros recomiendan tener las dos cuentas para mantener la motivación por los objetivos individuales —pero siempre llegando a un acuerdo con la pareja—.

Según la encuesta de Finect, la mitad de las parejas optan por esta configuración.

“Esta estrategia facilita una distribución equitativa de las responsabilidades y evita resentimientos al permitir que cada uno tenga control sobre parte de sus ingresos. Es un enfoque que promueve el equilibrio y la flexibilidad en la administración del dinero”, defiende el experto.

El ahorro en efectivo y la inversión en vivienda

Gran parte de la población española se inclina por destinar mensualmente una parte de sus ingresos al ahorro —ya sea mediante aportaciones puntuales o mediante la constitución de un fondo de emergencia—, aunque el porcentaje destinado varía considerablemente según la edad, el nivel de ingresos y, por supuesto, la cultura financiera de cada pareja.

En general, el español medio prefiere ahorrar y tener el dinero disponible que invertir a medio y largo plazo. Un 68%, frente a un 32%, de acuerdo con los datos del estudio Del dinero no se habla. Aunque Gracia también destaca que sigue prevaleciendo el hábito de gastar lo que sobra a final de mes.

“La cultura del consumo prevalece por encima del ahorro sistemático. Además, la escasa inversión en productos financieros refleja un panorama en el que el gasto excesivo, la falta de un colchón financiero y la inercia para invertir se han convertido en retos que afectan tanto a la estabilidad económica del hogar como al bienestar emocional de la pareja”, advierte el experto.

Para quienes comparten metas a medio y largo plazo, lo ideal es planificar conjuntamente, fijar objetivos (como comprar vivienda, preparar la jubilación o afrontar imprevistos) y utilizar herramientas digitales que faciliten el seguimiento del progreso.

“Otro aspecto muy mejorable es la inversión. A pesar de que existen múltiples productos financieros que podrían ofrecer mayores rendimientos que las tradicionales cuentas de ahorro, solo alrededor del 30% de las parejas españolas participa activamente en el mercado de inversiones, según informes recientes”, destaca el CEO de El Método Rico.

“Este enfoque conservador se contrapone con la realidad de que, en un entorno de mayor inflación, no invertir de forma inteligente puede erosionar el poder adquisitivo a lo largo del tiempo”, advierte.

La Encuesta Financiera de las Familias (EFF) 2022 también revela que casi la mitad del ahorro acumulado de los hogares se mantiene en depósitos bancarios. Mientras que, en activos reales, la vivienda principal sigue siendo el más importante.

Sin embargo, solo entre 2020 y 2022, el porcentaje de hogares propietarios de su vivienda principal se redujo en 2,8 puntos porcentuales.

Esta caída fue especialmente acusada para los hogares con un cabeza de familia menor de 35 años (menos 4,2 puntos), y los que estaban en la parte baja de la distribución de la renta y de la riqueza neta. Y esto también se ha reflejado en sus deudas, la ratio del volumen de deuda sobre la renta ha disminuido de forma acuciante desde 2017, sobre todo entre los menores de 50 años de edad.

“En definitiva, aunque la gestión financiera en pareja en España ha avanzado, aún se enfrentan retos cruciales: la falta de comunicación, el gasto excesivo, el ahorro insuficiente y la limitada inversión. La solución reside en adoptar un enfoque integral que combine comunicación honesta, uso estratégico de cuentas compartidas e individuales, preahorro y una inversión informada a largo plazo”, concluye Gracia.

Para la experta, lo ideal para parejas que viven juntas, es reunirse una vez al mes y hablar sobre el presupuesto, los ahorros, las metas y las inversiones.

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