La ciencia divide a las personas según sus patrones de sueño. Están los que aman madrugar y rinden más con los primeros rayos de sol y quienes prefieren acostarse tarde y tienen más energía durante la noche.
Es lo que se conoce como cronotipos. Y en función del tuyo podrías tener más tendencia a ciertas enfermedades. Esto se debe a que por lo general se ha visto que los trasnochadores tienden a ser más sedentarios. Ahora un estudio de Stanford Medicine apunta a que también podrían tener consecuencias para la salud mental.
Más riesgo de trastorno mental
Tras realizar una encuesta a casi 74.000 adultos los investigadores compararon el horario de sueño preferido de los participantes, es decir su cronotipo, con su comportamiento de sueño real.
Determinaron que, independientemente de la hora preferida de acostarse, todos ellos obtenían beneficios al acostarse temprano. Tanto las alondras (madrugadores) como los búhos (noctámbulos) tendían a tener tasas más altas de trastornos mentales y de conducta si se quedaban despiertos hasta tarde.
Para evitarlo el estudio,publicado en Psychiatry Research, recomienda irse a la cama antes de la una de la madrugada.
El resultado fue una sorpresa
“Existe una gran cantidad de datos que indican que vivir alineado con tu cronotipo es muy importante”, afirma Jamie Zeitzer, profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento y autor principal del estudio. “Esa era nuestra expectativa”.
Los investigadores estudiaron la alineación de los cronotipos en adultos de mediana edad y mayores del Reino Unido. Se les preguntó sobre su sueño, incluida su preferencia matutina o vespertina. Se les envió un monitor de actividad para realizar un seguimiento de su sueño durante siete días.
La salud mental de los participantes se determinó a través de sus registros de salud. Entre los 73.880 participantes, 19.065 se identificaron como del tipo matutino, 6.844 del tipo vespertino y 47.979 del tipo intermedio.
Cuando los investigadores analizaron los datos, se sorprendieron al descubrir que alinearse con el cronotipo no era la mejor opción para la salud mental de todos. De hecho, era mejor que los noctámbulos no se adaptaran a su patrón.
Tanto los tipos matutinos como los vespertinos que se iban a dormir tarde tenían tasas más altas de trastornos de salud mental, incluidas depresión y ansiedad. “El peor de los casos es, sin duda, que la gente trasnochadora se quede despierta hasta tarde”, resume el investigador.
Los noctámbulos que eran fieles a su cronotipo tenían entre un 20% y un 40% más de probabilidades de haber sido diagnosticados con un trastorno de salud mental, en comparación con los noctámbulos que seguían un horario de sueño temprano o intermedio. A los tipos nocturnos que siguieron un horario más temprano les fue mejor. Los matutinos que seguían un horario más tardío sufrieron, pero no demasiado. Las alondras matutinas que salían con el sol tendían a tener la mejor salud mental de todas, para sorpresa de nadie.
“Descubrimos que la alineación con su cronotipo no es crucial aquí, y que realmente estar despierto hasta tarde no es bueno para su salud mental“, enfatiza Zeitzer. “La gran incógnita es por qué”. El análisis reveló que la duración del sueño y la coherencia del horario del sueño no podían explicar estas diferencias en la salud mental.
Aquí podría no ser así
La teoría que baraja Zeitzer tiene que ver con “las malas decisiones que las personas toman en las primeras horas de la mañana”.
La hipótesis de la “mente después de medianoche”, sugiere que cambios neurológicos y fisiológicos a altas horas de la noche pueden fomentar la impulsividad, el estado de ánimo negativo, el deterioro del juicio y una mayor asunción de riesgos.
Otra explicación podría ser una desalineación social con el cronotipo dominante. Lo que conllevaría una lectura diferente de los resultados en países como el nuestro, donde existe un predominio de acostarse tarde.
“Tal vez haya menos restricciones sociales a altas horas de la noche porque hay menos gente despierta”, sopesa Zeitzer. Esto es especialmente cierto en lugares como Estados Unidos y Reino Unido, donde la gente tiende a estar más aislada por las noches. En una cultura mediterránea, donde las noches son más gregarias, quedarse despierto podría incluso ser bueno para la salud mental.
El equipo plena examinar ahora si son los comportamientos nocturnos, en lugar del horario per se, lo que podría estar relacionado con una peor salud mental.