¿Funcionan los ejercicios para mejorar la visión sin gafas?

En los últimos años se está hablando mucho sobre los ejercicios oculares para tratar o prevenir afecciones como la miopía, el astigmatismo o la presbicia. Hay quien asegura que incluso se puede llegar a evitar el uso de gafas con esta fisioterapia tan particular. A bote pronto parece tener sentido. Al fin y al cabo, los ojos también tienen músculos que son esenciales para su buen funcionamiento. Ejercitarlos podría ser bueno. Pero, lamentablemente, no es eso lo que dicen los estudios científicos.

Los ejercicios oculares son en realidad una práctica nacida en China. Allí, se practican sobre todo con niños y adolescentes, para evitar que lleguen a desarrollar problemas de vista o paliar los que ya tienen. Sin embargo, incluso los estudios llevados a cabo en este país concluyen que no son tan eficaces como parecen.

En algunos se ve que tienen una ligera eficacia a corto plazo, pero no se sabe qué puede ocurrir con el paso del tiempo. Otros, en cambio, no encuentran ningún beneficio significativo en la práctica de ejercicios oculares.

Fisioterapia para los ojos

Los ejercicios oculares se pueden realizar de tres formas. Algunos consisten en presionar los ojos de una forma determinada, como dando un masaje a los músculos que ayudan a acomodar las pupilas. Otros, en cambio, no necesitan la intervención de las manos. Simplemente hay que mover los ojos siguiendo una serie de pautas. Pero, sin duda, los más llamativos y a la vez desagradables son los que se realizan utilizando gafas inadecuadas, de manera que la vista se tenga que forzar a trabajar más.

Todos estos ejercicios se han analizado en bastantes estudios y, en general, las conclusiones no son las que nos gustarían.

Los principales defectos visuales

Muchos problemas de visión se deben a lesiones en el nervio óptico. Esto no se puede solucionar, ni siquiera con gafas, por lo que lógicamente tampoco es posible con ejercicios oculares. Por lo tanto, vamos a centrarnos en la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la presbicia.

Normalmente, si todo está bien, la luz que entra a través de los ojos, procedente de los objetos que tenemos delante, debe cruzar varias capas. En primer lugar atraviesa la córnea. Esta es una capa transparente que está en la parte delantera del ojo. Actúa como protección, pero también como una lente que deja pasar esa luz hacia otra más pequeña situada justo detrás de la pupila: el cristalino. Aquí, la luz termina de refractarse e incide directamente en la retina, en la que se encuentran los nervios que transmiten las señales luminosas al cerebro y las transforman en imágenes.

En el caso de la miopía, el ojo suele alargarse o tomar una forma ovalada en vez de redonda. Esto puede ocurrir por forzar mucho la vista, pero también por causas genéticas. En ese caso, las lentes ya no quedan situadas en el punto exacto, de tal manera que los rayos de luz no inciden justamente en la retina, por lo que las imágenes resultantes se ven borrosas. Ocurre sobre todo en las lejanas, ya que los rayos que se encuentran más cerca sí se refractan adecuadamente.

Por otro lado, la hipermetropía se da por un acortamiento del ojo o falta de curvatura en las lentes. En ese caso, tampoco se produce una refracción adecuada, pero sobre todo con las imágenes cercanas, que serán las que se vean borrosas.

Finalmente, en el astigmatismo la córnea y el cristalino tienen curvas dispares. Como resultado, la luz no viaja de uno a otro, sino que se forman dos imágenes distintas que se superponen entre sí, causando visión borrosa.

Muy parecida, pero con un origen distinto

Los efectos de la presbicia son similares, pero por causas diferentes, ya que ocurren por un endurecimiento del cristalino que tiene lugar a causa de la edad.

Todas estas afecciones se solucionan con gafas, que actúan como una tercera lente que se encarga de acomodar la luz para que incida donde tiene que hacerlo. ¿Pero por qué decimos que los ejercicios oculares no valdrían?

Los ejercicios oculares solo se dirigirían a los músculos

En realidad, el cristalino no está rígido e inmóvil. Se vuelve más grueso para enfocar objetos cercanos y más delgado para los que están más lejos. De esto se encargan unos pequeños músculos, conocidos como músculos ciliares. Quizás, los ejercicios oculares podrían ayudar en ese sentido. Pero el hecho de que el ojo esté demasiado alargado o corto o incluso que la curvatura de las lentes no sea la correcta es algo por lo que poco podemos hacer a base de tocar los ojos o moverlos de una forma determinada.

Los ejercicios oculares en la literatura científica

Existen varios estudios que demuestran que los ejercicios oculares tienen poca utilidad, por no decir ninguna. Ya en 2012, un equipo de científicos de la Universidad de Alabama llevó a cabo un estudio con 8 pacientes con presbicia, en los que los ejercicios oculares no mostraron beneficios significativos.

Podríamos pensar que fue una muestra demasiado pequeña. Y realmente lo es. No obstante, en 2023 otros científicos, esta vez de la Universidad Médica de Xuzhou, vieron en un metaanálisis de 12 estudios, con un total de 134.201 participantes, que los efectos de los ejercicios oculares frente a la miopía serían, como mucho, modestos. Especialmente a corto plazo. Por otro lado, unos investigadores de la Universidad de Hong Kong han comprobado este año 2024 en otro metaanálisis de 11 estudios, con 921 participantes, que no hay ninguna evidencia de eficacia frente a la miopía. 

Sí que se vieron algunos resultados positivos en un estudio realizado en 2021 por científicos de la Universidad Médica de la Capital de China. En este participaron 1.443 personas, en las que se vio que los ejercicios oculares podrían ayudar a controlar el alargamiento axial del ojo y, con él, los defectos de refracción. Aun así, es solo un estudio entre otros muchos. Tampoco se comprueba cómo repercute sobre las afecciones relacionadas con la visión. Por todo eso, no nos queda más remedio que seguir concediendo a las gafas la capacidad de corregir nuestra visión. O a la cirugía, cada vez más perfeccionada. La fisioterapia ocular sería maravillosa, pero la ciencia no está de acuerdo con que sirva de nada.

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