Gonzalo Bernardos, economista y profesor de la Universidad de Barcelona, es uno de los expertos económicos más mediáticos por sus opiniones y recomendaciones sobre economía general, pero también doméstica, y porque muchas veces, como se suele decir, cuando habla “sube el pan”. Ninguneado por unos y considerado por otros, en su última intervención ha opinado sobre las donaciones en vida, y ha dejado claro que “no lo recomendaría a nadie”. ¿Qué razones da para tal afirmación?
Cuando se trata de planificación hereditaria, una de las opciones más comunes que consideran muchas familias es realizar donaciones en vida. Es un mecanismo legal que te permite como padre o madre transferir tu patrimonio a tus hijos antes de fallecer, con la intención de evitar el pago de impuestos relacionados con la sucesión, aunque como verás esto es relativo. Es un proceso que se formaliza mediante un documento legal y puede incluir bienes inmuebles, dinero, acciones o cualquier otro tipo de activo.
Las donaciones suelen estar sujetas a un impuesto de donaciones que varía según la comunidad autónoma. En algunas regiones, las bonificaciones fiscales pueden hacer que este impuesto sea mucho más bajo que el impuesto de sucesiones, lo que parece una opción atractiva para quienes quieren anticiparse.
Los riesgos de las donaciones en vida según Gonzalo Bernardos
Durante una de sus habituales intervenciones televisivas en La Sexta, Gonzalo Bernardos habló sobre el tema de las donaciones en vida y fue muy claro al respecto: “No lo recomendaría a nadie”. Para el economista, uno de los principales peligros de este tipo de operaciones es la posibilidad de que las relaciones familiares cambien drásticamente después de que la donación se haya realizado.
Según Bernardos, es común que hasta antes de recibir la donación, los herederos mantengan una relación “espectacular, fantástica, maravillosa” con el donante, pero una vez que reciben el bien, su actitud puede cambiar, dando lugar a tensiones familiares e incluso a situaciones de abuso, en las que el donante, ya habiendo cedido su patrimonio, pierde el control sobre su destino.
“No donar todo el patrimonio”
Uno de los puntos más importantes que Bernardos subraya es que no se debe donar la totalidad del patrimonio. Para él, es esencial que las personas mantengan el control sobre sus bienes hasta el último momento, ya que esto garantiza tanto su seguridad financiera como su independencia.
Bernardos advierte que cuando se cede todo el patrimonio a uno de los hijos o a cualquier otro heredero, la dinámica familiar puede cambiar, y el donante podría encontrarse en una posición vulnerable.
Por este motivo, el economista recomienda no transferir el grueso del patrimonio a través de una donación en vida, especialmente si el donante depende de esos bienes para mantener su nivel de vida o financiar su jubilación.
El peso de las herencias en la riqueza familiar
Bernardos también destacó que, en España, más del 80% de la riqueza que poseen muchas familias proviene de las herencias. Para muchos, recibir una herencia puede ser una segunda “jubilación dorada”, una oportunidad para solucionar problemas financieros o mejorar su calidad de vida.
En este sentido, el experto sugiere que la planificación hereditaria es un tema delicado que debe tratarse con precaución, ya que los bienes no solo representan un valor económico, sino también la seguridad y el bienestar futuro de quienes los poseen.
Las implicaciones fiscales de las donaciones en vida
Un argumento común a favor de las donaciones en vida es la posible ventaja fiscal en comparación con el impuesto de sucesiones. Sin embargo, como señala Bernardos, esta ventaja puede ser engañosa. En algunas comunidades autónomas, las donaciones en vida están sujetas a un impuesto considerable que depende del valor de los bienes transferidos y del grado de parentesco entre el donante y el donatario. Además, las donaciones suelen generar ganancias patrimoniales que deben ser declaradas en el IRPF.
Por otro lado, el impuesto de sucesiones también varía según la región, y aunque muchas personas piensan que es un gravamen elevado, en algunas comunidades las bonificaciones fiscales pueden reducir significativamente su impacto.
Alternativas a las donaciones en vida
La primera es el testamento, un documento legal que permite a una persona decidir cómo se distribuirán sus bienes después de su fallecimiento. A diferencia de las donaciones en vida, el testamento mantiene el control total sobre el patrimonio hasta el final de la vida del testador, evitando posibles conflictos familiares antes de tiempo.
Otra opción es otorgar la nuda propiedad de los bienes a los herederos mientras el donante retiene el usufructo. De esta manera, los hijos o herederos futuros tienen la titularidad de los bienes, pero el donante sigue disfrutando de su uso y disfrute, lo que garantiza su seguridad y control sobre los activos hasta el fallecimiento.
Por último, están los fideicomisos, que permiten una mayor flexibilidad en la administración de los bienes, ya que el donante puede establecer condiciones específicas para la distribución del patrimonio. Esta opción también ofrece protección legal y fiscal en algunos casos.