¿Hacer una pregunta solo para hablar de ti mismo? Estás haciendo ‘boomerasking’ y es muy molesto

Hacer una pregunta a alguien solo para poder hablar de uno mismo es un truco conversacional tan molesto como viejo.

Ahora tiene un nombre: boomerasking.

No boomer como en OK boomer, sino más bien como un boomerang conversacional, en el que constantemente vuelves a centrarte en ti mismo.

Los investigadores del comportamiento, Alison Wood Brooks, de Harvard, y Michael Yeomans, del Imperial College Business School, han acuñado el término en un artículo publicado en The Journal of Experimental Psychology: General de este año.

Se da cuando alguien finge interés haciendo una pregunta, pero en realidad no le interesa la respuesta. En lugar de eso, la utiliza como trampolín para su propia historia o anécdota. Es una treta para que alguien oportunista y egocéntrico finja que realmente sabe escuchar.

Pero resulta que nadie se la cree.

En su investigación, Wood Brooks y Yeomans han estudiado las respuestas de más de 3.000 personas en encuestas sobre sus propios hábitos de boomerasking y los de los demás. Wood Brooks ha declarado a Business Insider que les gustaría que se convirtiera en la palabra del año.

El estudio revela una gran disparidad entre lo que los boomeraskers creen que hacen y cómo se les percibe. Mientras que los que lo hacen piensan que están siendo simpáticos y agradables, en realidad dan la impresión de ser groseros y poco sinceros.

Yeomans explica a BI que, por sí solas, cada boomerask es solo una pequeña molestia para alguien. Si forman parte de un patrón más amplio de preocupación poco sincera con los demás, “acabarás por hacerles perder la paciencia”.

El problema es que la gente piensa que un boomerasker crónico solo está interesado en sí mismo, dice Yeomans.

“Las preguntas pueden ser ventanas a la mente de otras personas”, afirma. “Si aprovechas estas oportunidades solo para hablar más de ti mismo, estás perdiendo oportunidades reales de aprender y conectar con los demás”.

Wood Brooks y Yeomans han recopilado tres formas en las que la gente hace boomerask después de hacer una pregunta:

  • preguntar-presumir, cuando va seguido de algo positivo de lo que presumir;
  • preguntar-quejarse, que suele ser sobre algo negativo;
  • preguntar-compartir, que es más neutro, como describir el sueño de anoche.

Aunque a los boomeraskers se les percibe como poco sinceros, Yeomans cree que probablemente no sea su intención.

“Sospecho que cuando queremos revelar algo, podemos ser tímidos a la hora de plantearlo directamente”, afirma. “Una pregunta funciona para abrir una puerta. Pero, al tratar de ser educados, engañamos a los demás haciéndoles creer que nos preocupamos por ellos”.

‘Hepear’ y ‘manterrupting’

El boomerasking está a la altura de otros molestos hábitos conversacionales, como poner motes a la gente u ofrecer consejos que no te han pedido.

En el lugar de trabajo, las mujeres han acuñado varios términos para describir las irritantes formas de comunicarse de algunos de los hombres con los que se encuentran, incluido el muy extendido mansplaining.

También existe el hepeating, que se utiliza cuando un hombre se apropia de los comentarios o ideas de una mujer y luego es alabado por ser suyos, y el manterrupting, que es cuando habla por encima de ella.

Wood Brooks y Yeomans también han estudiado todos los complicados objetivos conversacionales que tenemos que equilibrar, como entendernoscausar buena impresióndivertirnos y dar o recibir información.

Yeomans dice que, si un boomersker quiere cambiar su forma de ser, puede practicar haciendo preguntas de las que no sabe la respuesta.

“Haz preguntas de seguimiento que se basen en lo que la otra persona acaba de decir”, aconseja. “Si le prestas a alguien una atención sincera, eso te puede ganar la confianza y el espacio para ganarte el foco de atención más adelante —si lo necesitas—”.

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