Investigadores de Stanford identifican 6 tipos distintos de depresión: cada uno responde de una forma al tratamiento

La depresión es un trastorno emocional con origen multicausal que puede afectar a las personas de muy distintas formas. Lo que tiene su reflejo en el tratamiento.

Alrededor del 30% de las personas con depresión tienen lo que se conoce como depresión resistente al tratamiento. Esto significa que someterse a distintos medicamentos o terapias no ha conllevado mejoras de sus síntomas. Y hasta en dos tercios de las personas con depresión, el tratamiento a pesar de funcionar no logra revertir los síntomas a niveles saludables.

Parte del problema se debe a que no existe una manera idónea de saber qué antidepresivo o tipo de terapia podría ayudar mejor a un paciente determinado. Los medicamentos se recetan mediante un método de prueba y error, por lo que puede llevar meses o años encontrar con el adecuado, si es que alguna vez sucede. Esto puede asimismo empeorar la enfermedad.

“El objetivo de nuestro trabajo es descubrir cómo podemos hacerlo bien la primera vez”, explica ,  Leanne Williams, profesora de psiquiatría y ciencias del comportamiento, y directora del Centro de Salud Mental y Bienestar de Precisión de Stanford Medicine. “Es muy frustrante estar en el campo de la depresión y no tener una alternativa mejor que este enfoque único para todos”.

Para comprender mejor la biología subyacente a la depresión y la ansiedad, Williams y su equipo evaluaron a 801 participantes a quienes previamente se les había diagnosticado depresión o ansiedad utilizando la tecnología de imágenes conocida como resonancia magnética funcional, para medir la actividad cerebral.

Utilizando un enfoque de aprendizaje automático conocido como análisis de conglomerados para agrupar las imágenes cerebrales de los pacientes, identificaron seis patrones distintos de actividad en las regiones del cerebro que estudiaron. Los hallazgos fueron publicados en Nature Medicine.

Caracterizar mejor la depresión para tratarla mejor

En otro estudio anterior, el equipo de Williams demostraron como el uso de estas imágenes cerebrales mejoró la capacidad para identificar a las personas que probablemente respondan al tratamiento antidepresivo.

Los científicos se centraron entonces en un subtipo al que llaman biotipo cognitivo de depresión, en el que el paciente es menos probable que responda a los antidepresivos estándar. Al identificar antes a aquellos con el biotipo cognitivo, los investigadores predijeron con precisión la probabilidad de remisión en el 63% de los pacientes, en comparación con una precisión del 36% sin utilizar imágenes cerebrales.

Con el objetivo de seguir ahondando en las posibilidades de la psiquiatría de precisión, en esta ocasión los investigadores de Stanford se centraron en más subtipos. Para ello escanearon los cerebros de los voluntarios en reposo y al realizar diferentes tareas diseñadas para evaluar su funcionamiento cognitivo y emocional. Los científicos se centraron en regiones del cerebro y las conexiones entre ellas que ya se sabía que desempeñaban un papel en la depresión.

También asignaron al azar a 250 de los participantes del estudio para recibir uno de los tres antidepresivos de uso común o terapia de conversación conductual.

Los pacientes con un subtipo, que se caracteriza por hiperactividad en las regiones cognitivas del cerebro, experimentaron la mejor respuesta al antidepresivo venlafaxina en comparación con otros biotipos. Aquellos cuyos cerebros en reposo tenían niveles más altos de actividad entre tres regiones asociadas con la depresión y la resolución de problemas, tuvieron en cambio un mayor alivio de los síntomas con la terapia.

“Hasta donde sabemos, esta es la primera vez que hemos podido demostrar que la depresión puede explicarse por diferentes alteraciones en el funcionamiento del cerebro“, considera Williams. “En esencia, es una demostración de un enfoque de medicina personalizada para la salud mental basado en medidas objetivas de la función cerebral”.

Los diferentes biotipos también se correlacionaron con diferencias en los síntomas y el desempeño de tareas entre los participantes del ensayo. Aquellos con regiones cognitivas hiperactivas del cerebro, por ejemplo, tenían niveles más altos de anhedonia (incapacidad para sentir placer) que aquellos con otros biotipos; También obtuvieron peores resultados en tareas de funciones ejecutivas. Aquellos con el subtipo que respondió mejor a la psicoterapia también cometieron errores en las tareas de función ejecutiva, pero obtuvieron buenos resultados en las tareas cognitivas.

Los investigadores creen que en un futuro no muy lejano, una evaluación de detección de la depresión podría incluir un escáner cerebral rápido para identificar el mejor tratamiento. Para ello Williams y su equipo están ampliando el estudio de imágenes para incluir a más participantes. También quiere probar más tipos de tratamientos en los seis biotipos, incluidos medicamentos que tradicionalmente no se han utilizado para la depresión.

Cristina Fernández Esteban

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