Participar en un trío, tener un encuentro con un personaje famoso o pensar en otra persona mientras se tiene sexo con la pareja son fantasías que, a menudo, se presentan en el grupo femenino. Descubre qué otras hay.
Es posible idear en la mente secuencias eróticas que no tienen nada que envidiarles a las escenas más apasionadas del cine, pues la imaginación permite explorar territorios lejanos. Y si bien no se puede generalizar en función del género, es común que las mujeres incluyan elementos más elaborados en sus fantasías sexuales en comparación con los hombres.
En esta lectura te invitamos a conocer las 25 ideas con contenido subido de tono que suelen repetirse con mayor frecuencia en ellas.
¿Qué son y qué beneficios tienen las fantasías sexuales?
Una fantasía sexual es la representación o imágenes mentales que involucran situaciones, personas y/o sensaciones eróticas. No hay un guion establecido, ya que varían de una persona a otra.
Siempre y cuando no se convierta en algo obsesivo y excesivo, fantasear es saludable. A nivel individual y de pareja, dejar volar la imaginación en cuanto al contenido sexual puede tener grandes beneficios, entre ellos los siguientes:
- Enriquecer la estimulación y excitación.
- Explorar deseos y preferencias sexuales.
- Reducir el estrés y la tensión acumulada.
- Fortalecer la conexión emocional e intimidad en la relación.
- Fomentar la aventura y creatividad en la pareja, evitando el aburrimiento sexual.
Es importante a destacar que las fantasías no siempre se traducen en acciones reales ni necesariamente reflejan un deseo real.
En ocasiones, una persona disfruta imaginando un escenario específico sin tener la intención de convertirlo en realidad. Es un espacio seguro y creativo de la mente.
¿Cuáles son las fantasías sexuales más comunes de las mujeres?
Cada mujer es única en la forma de vivir su sexualidad. Sin embargo, no podemos negar que existen algunas fantasías que muchas comparten en su imaginario íntimo. ¿Alguna de estas te resulta familiar o te llama la atención?
1. Juegos de dominación y sumisión
Hay mujeres que les gusta llevar las riendas y a otras les encanta ser dominadas. Es posible que estas escenas incluyan el juego de poder, la entrega o el control en situaciones eróticas. Las prácticas BDSM (bondage/disciplina, dominación/sumisión y sadismo/masoquismo) son parte de tales experiencias.
Como dato interesante, un estudio encontró que las prácticas —siempre consensuadas— de BDSM reducen el estrés psicológico, además de aumentar la excitación sexual.
2. Romanticismo con erotismo
Otra de las fantasías sexuales más frecuentes en mujeres se relaciona con la idea de tener encuentros donde la conexión emocional se entrelaza con la chispa ardiente del deseo. Para muchas, la posibilidad de vivir su propio momento cinematográfico, con besos apasionados y caricias que despiertan todos los sentidos, es irresistible.
3. Encuentros casuales de una noche
La novedad también es una idea de lo más tentadora. El sexo casual, sin compromisos ni expectativas a largo plazo, resulta muy atractivo. Un encuentro fugaz con alguien que se cruza contigo en el metro, o la mirada seductora del barista donde compraste un café, podría despertar el deseo de explorar lo desconocido.
4. Un trío
La ilusión de participar en un trío es bastante habitual, tanto en la población masculina como en la femenina. Para muchas mujeres, pensar en compartir intimidad con dos personas al mismo tiempo es intrigante. Esta fantasía se centra en la posibilidad de dar y recibir placer en diferentes partes del cuerpo de manera simultánea.
5. Sexo con otra mujer, siendo heterosexual
La sexualidad es diversa y la mente explora sus límites. Fantasear experiencias con otra persona de su mismo sexo, incluso siendo heterosexual, es más común en ellas de lo que podrías creer.
En algunos casos, se debe a la percepción de que otra mujer podría tener una comprensión más intuitiva de los ritmos íntimos, la forma de estimulación y cómo se desea ser tocada. Se cree que, al compartir vivencias y anatomías similares, una mujer tendría una sensibilidad única para satisfacer los deseos de otra.
6. Observar o ser observada
El voyerismo y el exhibicionismo entran en juego, desencadenando la emoción de ser testigo de la pasión o ser el foco del deseo. Para algunas damas, imaginar que ven a otras personas en situaciones sexuales genera una curiosidad ardiente; mientras que fantasear con ser observada tal vez produce una sensación de empoderamiento y excitación.
7. Pensar en otra persona mientras se tiene sexo con la pareja
A veces, la mente busca variedad y estimulación adicional, hasta el punto de fusionar el deseo de la pareja con pensamientos sugerentes sobre otra persona. Esta fantasía, conocida como alorgasmia, puede ser una estrategia para combatir la monotonía en la rutina sexual, aunque su impacto varía entre las parejas.
Mientras algunos encuentran que esta idea fortalece la conexión emocional y la intimidad, en otros se genera desconfianza, conflictos o sentimientos de culpa.
Las fantasías sexuales que involucran a personas fuera de la pareja son expresiones comunes de la mente y no siempre indican insatisfacción en la relación.
8. Relaciones con un personaje famoso (real o ficticio)
Otra de las fantasías sexuales más repetida entre las mujeres la intimidad con alguna celebridad. Cantantes, actores y actrices, esos rostros que seducen en la pantalla, a menudo, se convierten en protagonistas de imaginarios atrevidos. ¿Y tú? ¿Alguna vez has fantaseado con Ryan Gosling o Chris Hemsworth interpretando a Thor en un escenario íntimo?
9. Sexo en lugares insólitos
La emoción de lo prohibido y la posibilidad de ser descubierta hacen excitante fantasear con el sexo en cines, baños o aviones, por ejemplo. La idea de vivir momentos eróticos en sitios poco convencionales aporta un toque de adrenalina, lo que convierte cada área en un potencial escenario de seducción.
10. Probar juguetes sexuales
Desde vibradores hasta bolas chinas o esposas de pluma, la variedad de juguetes sexuales es amplia. Tanto para mujeres que aún no se atreven a utilizarlos en la vida real, como para aquellas que ya experimentaron, explorar con estos elementos es un imaginario usual en ellas.
11. Intimidad al aire libre
La conexión con la naturaleza y la sensación de libertad llevan a algunas mujeres a fantasías de relaciones sexuales al aire libre. Una playa desierta, un bosque tranquilo o un cielo estrellado pueden convertirse en un escenario ideal para explorar en la mente la intimidad de manera más apasionada y espontánea.
12. Relaciones sexuales con una persona cercana
Aunque este pensamiento sexual pudiera venir acompañado de una mezcla de emociones, la atracción de cruzar la línea con alguien cercano, como un amigo, un compañero de trabajo o un profesor, es intensa para algunas féminas. Es común fantasear encuentros eróticos con personas que forman parte de la vida cotidiana, así no se traduzcan en acciones reales.
13. Masturbación mutua
La imaginación femenina a veces da lugar a fantasías donde ella y su pareja sexual se centran en su propia masturbación, mientras comparten la excitación mediante la observación. Otra variante incluiría que ambos se estimulan en simultáneo el uno al otro.
14. Encuentros en diferentes sitios de la casa
Suponer encuentros íntimos en distintos rincones de la casa resulta una forma emocionante de escapar de la monotonía de la cama. Lugares como la cocina, la sala o incluso el baño ofrecen perspectivas innovadoras de conectar. Eso sí: si tienes quieres llevar esta fantasía a la realidad, asegúrate de que no haya nadie más, para disfrutar al máximo de la experiencia.
15. Sexo oral más atrevido
La idea de llevar la felación o el cunnilingus a un nivel más osado excita a algunas mujeres. Quizás sus mentes las impulsen a superar las técnicas convencionales y aventurarse en terrenos más audaces y creativos. Estos preliminares no solo ocupan un papel destacado en la vida real, sino que, con frecuencia, tienen un protagonismo relevante en lo fantasioso.
16. Incorporar alimentos a la experiencia sexual
Incluir alimentos en la actividad sexual puede agregar una dimensión sensorial única al entrar en contacto con el cuerpo y la piel de la pareja o compañero sexual. Por este motivo, hay damas que piensan en la excitación de jugar con fresas jugosas, chocolate derretido, nata montada o miel durante sus encuentros íntimos.
17. Interacciones sexuales a cambio de dinero
Esta fantasía erótica implica adentrarse en el terreno de la seducción y la intimidad en un contexto más transgresor. En este caso, lo atractivo es el hecho de sumergirse en la complejidad de roles, poder y tabúes. Se trata de una idea que suele quedar en el ámbito de lo imaginario, pero, como ya mencionamos, en la mente no hay límites prohibidos.
18. Ser sorprendida con un encuentro espontáneo
La idea de llegar a casa, descubrir que tu pareja te espera sin ropa y con la clara intención de entregarse a la pasión, es una escena que muchas mujeres hallan irresistible en sus fantasías sexuales.
19. Ser descubierta en pleno acto
Otra de las fantasías sexuales femeninas más usuales se vincula con un encuentro íntimo cuando existe la posibilidad de que alguien entre a la habitación en pleno acto. Esto podría ocurrir, por ejemplo, durante una reunión social en casa con visitas o en una fiesta multitudinaria. Tal situación despierta una sensación de morbo, adrenalina y desafío.
20. Sexo con los ojos vendados
Con la visión apagada, el resto de los sentidos se intensifican. La idea de sumergirse en este juego de confianza y placer, donde te dejas llevar sin saber qué viene a continuación, es emocionante.
21. Jugar con la pareja bajo identidades ficticias
Que tú y tu pareja adoptan identidades falsas para un encuentro secreto, usando disfraces, nombres inventados y un ambiente misterioso, es una aventura imaginaria que incorpora picardía a la intimidad.
22. Nuevas posiciones sexuales
La curiosidad por indagar diferentes posiciones que permitan variar la rutina y descubrir formas novedosas de placer, es una fantasía que muchas mujeres comparten. La experimentación con nuevas posturas sexis tiende a revitalizar la intimidad y llevar la conexión a niveles más profundos.
23. Sexo en el lugar de trabajo
Suponer que haces el amor después o durante la jornada laboral, ya sea en la oficina, el almacén o en el estudio de música, parece muy tentador para ellas. Desde el roce furtivo de manos en la sala de reuniones hasta los susurros apasionados en un rincón discreto, pensar en explorar la intimidad en el sitio de trabajo despierta emociones intensas de deseo y clandestinidad.
24. Grabarse o usar espejos durante el acto
Ubicar espejos de modo estratégico para disfrutar de forma visual la experiencia sexual, resulta estimulante. De allí que muchas mujeres fantaseen con esto y, en ocasiones, con la grabación de video y sonido, para luego revivir el momento y verse a sí mismas en plena excitación.
25. Vestir lencería sensual
La elección de ropa íntima provocativa y sensual puede ser parte de cualquier fantasía sexual. Esto no solo potencia la autoestima, sino que crea un ambiente erótico de lo más sugerente. Además, algunas mujeres imaginan escenas en las cuales sus parejas les quitan de forma sexy o, incluso, rompen la ropa interior en medio de la pasión.
¿Hay diferencias entre lo que fantasean hombres y mujeres?
Por un lado, la frecuencia de las fantasías sexuales genera opiniones encontradas. Mientras que algunos aseguran que los hombres las tienen más a menudo, otros consideran que las diferencias no son tan notables, sino que las mujeres lo admiten menos.
En cuánto al contenido, los expertos también difieren. Algunos sexólogos sugieren que, en realidad, hay más coincidencias que diferencias entre la imaginación sexual de la población femenina y masculina.
Otros argumentan que las fantasías masculinas suelen ser más gráficas y centradas en lo físico y que las mujeres tienden a incorporar elementos emocionales o contextuales. Para ellas, los detalles del lugar y la secuencia son más elaborados, así como ligados al romanticismo y a la seducción.
Es interesante notar que estas diferencias pueden estar condicionadas con los estereotipos de género culturalmente arraigados. Sin embargo, es importante recordar que cada persona, sin importar su género y orientación sexual, tiene sus propias fantasías.
No existe una norma establecida, y la expresión de cada fantasía es tan individual como cada ser humano.
Fantasear es parte de una sexualidad saludable
Las fantasías son una parte natural y saludable de la vida sexual de muchas personas. Incluso, se consideran una excelente forma de autoexploración y autoconocimiento, además de servir como estímulo en la intimidad.
También se entienden como una forma de escapar del estrés diario, así que no hay que sentir ningún tipo de vergüenza hacia ellas. Siempre y cuando no alteren de forma negativa tu día a día, no debes cohibirte de experimentarlas.