Los hábitos de gasto están cambiando: esto es lo que sucede si nunca pagas en efectivo

¿Siempre tienes suelto en la cartera o pagas el pan con tarjeta? ¿Vas a las rebajas con el NFC activado o con un sobre con billetes? ¿Sabrías decir cuánto gastas al mes —y si cumples con tu presupuesto personal— si todos los pagos los realizas online?

El primer billete del mundo se remonta a la dinastía Tang en China, entre el 618 y el 907, pero el dinero en metálico lleva siendo usado más de 3.000 años —las conchas fueron las precursoras de las monedas y de los billetes—, pero en los países económicamente más desarrollados, los pagos electrónicos están ganándole por goleada al dinero físico.

Pero alto: si bien los pagos móviles son seguros, competitivos, cómodos y evitan el fraude —facilitando un mayor control fiscal—, también pueden convertirte en una persona más consumista, manirrota o menos consciente del gasto.

Un equipo de la Universidad de Adelaida y la Universidad de Melbourne (Australia) realizó un metaanálisis de 71 estudios publicados anteriormente sobre los hábitos de gasto en 17 países, cuyas conclusiones aparecen publicadas en la revista Journal of Retailing. El principal hallazgo es que los pagos sin efectivo te hacen gastar más que antes.

El motivo es que los billetes y monedas suponen una representación física del gasto: en ausencia de la misma, acercar un smartphone o una tarjeta bancaria al TPV implica ser menos estrictos con el presupuesto. Al no entregar nada material en la transacción, el acto de gastar es menos evidente.

“Para evitar gastar más de lo previsto, recomendamos a los consumidores llevar efectivo en lugar de tarjetas siempre que puedan, ya que actúa como método de autocontrol”, afirma el investigador de marketing Lachlan Schomburgk, de la Universidad de Adelaida, tal y como recoge Science Alert.

La diferencia en el gasto online versus metálico fue “pequeña, pero significativa”, y fue mayor en el caso del “consumo ostentoso”, es decir, la compra de artículos que indican estatus, como ropa y joyas de lujo. Aunque muchos estudios han ahondado en este efecto, nunca se había comprobado a gran escala con tantas interacciones y experimentos diferentes.

Las mismas propinas

Otro de los descubrimientos es que las donaciones y propinas eran los mismos: en contra de lo que se esperaba, el pago en efectivo no conduce a un mayor desembolso en estas situaciones. También se encontró un vínculo entre la mejor posición económico y un mayor efecto del pago sin efectivo. El nivel de inflación no parece incidir sobre el uso del metálico.

Además, pudieron detectar que el efecto del dinero en efectivo se ha ido debilitando con el tiempo, lo que sugiere que, a medida que los métodos de pago electrónico se han popularizado, tienen menos impacto en los consumidores.

Para que tomemos decisiones de compra más informadas, los autores quieren ahondar en otras tendencias actuales, como la tecnología de pagos más nueva, las criptodivisas o los servicios de compra ahora y paga después. Mientras, y si no quieres gastar de más, podría ser interesante seguir llevando efectivo encima.

Andrea Núñez-Torrón Stock

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