Las manifestaciones del autismo no se agravan tan solo porque la persona crece. No obstante, en la medida que no se brinde el apoyo adecuado, los desafíos pueden volverse más complejos en la adultez.
Un mito extendido sugiere que el autismo se intensifica con la edad, pero no hay evidencia que respalde esta afirmación. La condición no se agrava por el paso del tiempo. Sin embargo, es posible que los desafíos se vuelvan más notorios al entrar a nuevas etapas vitales o enfrentar mayores demandas sociales.
Dada la falta de información y concientización sobre el trastorno del espectro autista en la edad adulta, quizás en esta fase surjan dificultades relacionadas con la independencia, la búsqueda de empleo o la interacción social en entornos más complejos. Adentrémonos en ello, iniciando por lo básico.
¿Qué es el autismo?
El trastorno del espectro autista (TEA) es una condición del neurodesarrollo que se caracteriza por dificultades en la comunicación verbal y no verbal, en la interacción social y la presencia de patrones de comportamientos repetitivos y/o restrictivos.
Se manifiesta de manera muy heterogénea y diversa. No representa una forma de ser concreta y rígida, sino que se expresa de modo único en cada individuo.
Algunas personas con autismo presentan desafíos en el habla y comprensión del lenguaje, mientras que otras tienen un buen lenguaje, pero luchan con las interacciones sociales, por ejemplo. A su vez, hay quienes son sensibles a estímulos sensoriales como la luz, el sonido o el tacto; en tanto otros no.
El autismo no se intensifica con la edad, pero hay que abordarlo temprano
A diferencia de condiciones médicas progresivas, como ciertas enfermedades degenerativas, el autismo no se intensifica con la edad. De hecho, la gravedad de los síntomas del TEA puede variar en diferentes etapas de la vida de una persona, en muchos casos, incluso mejorar de forma considerable.
Un estudio transversal publicado en Autism Research analizó la relación entre la edad y el autismo. Los resultados confirman que esta condición del neurodesarrollo no empeora o se intensifica con los años. Los investigadores no encontraron efectos significativos del envejecimiento sobre los síntomas del autismo.
Aunque el TEA es permanente, muchos individuos llevan vidas plenas, productivas y satisfactorias. Aquí es donde entra en juego la importancia del abordaje temprano.
El pronto diagnóstico y tratamiento del autismo son fundamentales para brindar el mayor apoyo posible y maximizar el desarrollo y la calidad de vida del paciente. Cuanto antes se identifiquen los síntomas y se implementen estrategias de intervención, mayores serán las posibilidades de obtener buenos resultados a largo plazo.
Sin embargo, es importante tener en cuenta el riesgo del sobrediagnóstico. En algunos casos, la sintomatología se malinterpreta, lo que puede llevar a un abordaje innecesario o contraproducente. Por ello, es crucial que el diagnóstico se realice de manera detallada y precisa, considerando el contexto particular de cada persona.
Consecuencias de no tratar a tiempo los síntomas del autismo
Después de una evaluación cuidadosa y un diagnóstico certero, es fundamental intervenir tan rápido como sea posible. No actuar a tiempo se manifiesta en el desarrollo, el comportamiento y la calidad de vida, así como en la salud emocional y el bienestar familiar. A continuación, detallamos las posibles repercusiones:
- Problemas de comportamiento: un adolescente con autismo puede mostrarse agresivo o desafiante, debido a la frustración causada por su dificultad para comunicarse o comprender las situaciones sociales.
- Retraso en el desarrollo del lenguaje y las habilidades sociales: es posible que un niño con autismo sin la ayuda necesaria tenga grandes dificultades para aprender a hablar o comunicarse, lo que, a su vez, afectaría la interacción social con sus pares.
- Menor oportunidad de éxito académico y laboral: los adultos con TEA que no cuentan con el apoyo adecuado pueden tener problemas para conservar un empleo, dados sus desafíos sociales o de comunicación, lo que limitaría sus posibilidades de crecimiento.
- Aislamiento social y dificultades de integración: cuando un niño no recibe el tratamiento adecuado, y tampoco se implementan estrategias grupales en la escuela, llega a sentirse excluido por sus compañeros. Esto conduce al aislamiento y las dificultades para hacer amigos.
Por otro lado, los adultos con autismo tienen mayor probabilidad de enfrentar problemas de salud mental tales como depresión o ansiedad. Varios factores contribuyen a esto, incluyendo la dificultad para reconocer sus propios desafíos emocionales, el estigma social que enfrentan y los obstáculos para encontrar soporte.
¿Cómo apoyar a las personas con TEA en su paso a la adultez?
A medida que las personas con TEA crecen, surgen una serie de retos únicos que requieren respaldo y orientación específica. Aunque el autismo no se intensifica con la edad, es importante brindar apoyo en su fase de entrada a la adultez. Si eres familiar, pareja o amigo, hay muchas maneras en las que puedes contribuir al bienestar en su trayecto a la vida adulta.
1. Promover su independencia
Es crucial contribuirles en aprender habilidades que les permitan tomar decisiones y desenvolverse de forma independiente en el día a día. ¿Cómo? No resolviendo sus problemas por ellos. Asegúrate de no ofrecer ayuda que en realidad no necesitan, ya que esto complica su progreso.
Es importante adaptar el nivel de apoyo según los requerimientos individuales y el grado de autonomía de cada persona. Algunas pueden demandar más ayuda y orientación, mientras que otras están listas para asumir compromisos y responsabilidades.
2. Fomentar su potencial
Reconocer y respaldar sus intereses y talentos individuales también es fundamental. Anímales a perseguir sus metas. La clave está en estimular al máximo sus cualidades en áreas que le apasionen o despierten su curiosidad.
Por ejemplo, si tiene habilidades matemáticas sólidas, motívale a explorar oportunidades en campos como la ingeniería, las finanzas o las ciencias de datos. Si le encanta cocinar, impúlsale a tomar clases de gastronomía o crear su propio emprendimiento.
3. Incentivar el desarrollo de habilidades sociales
El mayor desafío del autismo en la adultez suele centrarse en las relaciones interpersonales, debido a una combinación de factores.
Por ejemplo, hay quienes pueden tener dificultades para interpretar el lenguaje no literal o captar el doble sentido de los chistes o comentarios irónicos. Otros tienen problemas para ser demasiado directos en su comunicación y, además, hieren sin intención. Por esta razón, es crucial favorecer el desarrollo de habilidades sociales.
Una forma de hacerlo es facilitarles oportunidades para la práctica social en entornos seguros y de apoyo, tales como clubes o clases, donde pueda interactuar con otros y aprender de manera natural.
En particular, funciona enseñarles a las personas con TEA a leer el lenguaje corporal y las expresiones faciales; también cómo iniciar o responder a conversaciones en diferentes contextos sociales.
4. Interactuar con empatía y respeto
La empatía y el respeto son pilares esenciales en cualquier relación, ya sea con personas neurodivergentes o neurotípicas. Esto implica practicar la escucha activa, mostrarse comprensivo y validar las emociones, sin juzgar ni imponer expectativas poco realistas.
Además, es importante respetar sus ritmos y preferencias individuales en cuanto a la interacción social y las actividades diarias. Si la persona prefiere espacios tranquilos y estructurados por sobre los contextos ruidosos y abrumadores, no presiones ni cuestiones sus elecciones.
Menos prejuicios, más inclusión
La diversidad es un componente inherente a la especie humana. Todos somos únicos, tenemos diferencias y similitudes entre nosotros. Pero aún persisten prejuicios que separan en lugar de unir. A menudo, juzgamos a los demás según nuestra propia perspectiva, sin tomarnos el tiempo de entender las experiencias individuales.
La inclusión va más allá de la simple tolerancia; implica aceptar y valorar las diferencias y reconocer su riqueza. A su vez, es crucial desafiar los mitos arraigados en la cultura que solo perpetúan la desinformación y estigmatización. El autismo no se intensifica con la edad. En este camino, es esencial educarse sobre el TEA y cualquier otra condición para avanzar hacia una sociedad más inclusiva.