Permuta de vivienda, la forma de comprar casa sin pagar ni un euro

La permuta de vivienda tiene una ventaja clara y es el ahorro económico que supone. De hecho, este método para adquirir una casa se dispara en épocas de crisis, como se explica más adelante. Así, la opción de cambiar de vivienda sin tener que pagar nada más que los impuestos y los gastos de gestión. En otras palabras, la permuta de vivienda tiene un coste muy inferior al de la compraventa.

¿Cómo funciona la permuta de viviendas?

El Código Civil regula la permuta de vivienda y si las dos casas tienen un valor diferente, se suele pactar una compensación económica. Para ello, hay que firmar un contrato mixto que incluya la permuta de vivienda junto a la compensación como compraventa, según Idealista.

Además, es posible hacer permuta con todos los tipos de vivienda, ya sea cambiar un chalet por otro chalet o por un piso, por ejemplo. La permuta de vivienda puede ser entre propietarios particulares —es la opción más habitual— o entre un particular y un banco.

Lo que se necesita para hacer una permuta de vivienda es firmar una escritura de permuta. Si bien es posible intercambiar una casa por otra, la permuta implica una serie de gastos, aunque mucho más bajos que al comprar una vivienda.

Ambas partes deben afrontar los gastos de tasación, notario y registro junto a los impuestos pertinentes. Además de la permuta de vivienda, hay formas de comprar una casa sin necesidad de tener ahorros.

Permuta de vivienda: ventajas y desventajas

Una manera eficiente de recurrir a la permuta de vivienda es cuando se dispone de un edificio antiguo o de un terreno rehabilitable que se puede transformar en viviendas. Sobre todo, en el caso de no tener la posibilidad o de no querer invertir en la construcción. Asimismo, es importante saber si un local comercial se puede convertir en vivienda.

La ventaja de la permuta es el ahorro de dinero frente a los gastos asociados a la compra de una casa. Sin embargo, la desventaja de la permuta es la posible dificultad de que los dos propietarios lleguen a un acuerdo. Al final, implica un trueque de bienes permanente, siempre que el valor de ambas casas sea similar.

En ese sentido, es habitual la permuta de vivienda entre familiares, ya que es relativamente más fácil pactar el intercambio. Por ejemplo, la permuta entre viviendas de hermanos es más habitual, cuando la familia tiene inmuebles con características, valor y ubicación parecidas. La otra alternativa habitual es donar, pero el economista Gonzalo Bernardos advierte de los peligros de las donaciones en vida.

Permuta de vivienda, la alternativa preferida en las crisis

La permuta de vivienda suele darse en la construcción de nuevas promociones. El propietario del terreno lo cede a la promotora con el fin de que construya casas o pisos. A cambio, recibirá algún piso o local, según explica a La Vanguardia Arantxa Goenaga, abogada especializada en derecho inmobiliario y socia de AF Legis.

Concretamente, la permuta de vivienda aumenta de forma notoria en las épocas de crisis. Al cambiar una casa por otra, el promotor se ahorra el coste inicial de la inversión y el propietario puede obtener ingresos con la venta de locales o pisos.

Sin embargo, la permuta de vivienda pura —es decir, el intercambio de una vivienda por otra sin pagar nada al otro propietario— es poco frecuente. Hay una tendencia hacia la permuta mixta en la que la promotora paga un porcentaje en dinero al propietario y cede algún inmueble. La nuda propiedad es otra forma barata de conseguir vivienda.

Antes de firmar la permuta, la abogada aconseja ser cauteloso antes de firmarlo. Por ejemplo, puede darse el caso de que se cede el suelo, pero que nunca se llegue a construir nada. Entonces, lo mejor es establecer una serie de condiciones en las escrituras y llevar a cabo la inscripción en el Registro de la Propiedad. De esta manera, existe la opción de deshacer la permuta si el comprador incumple dichas condiciones.

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