Por qué no es buena idea escribir a tu ex

Hace unos días, por una coincidencia de factores, me encontré a mí misma conduciendo sola por una carretera secundaria mientras sonaba la mítica canción ‘Hello’, de Adele, una de las 100 mejores canciones de amor de todos los tiempos, si me permites añadir. Todo parecía indicar que iba a ser un día perfecto. El sol brillaba sobre un paisaje inmaculado, y el aire estaba en ese punto en el que podías ponerte una chaqueta o no, dependiendo de si eres una persona de chaqueta o no (afortunadamente, esta era la decisión más importante que tendría que tomar en todo el día). Dejé de lado mis acostumbradas preocupaciones profesionales y la nostalgia típica del cambio de estación. Iba a ser un día libre de estrés ­justo como los que finjo tener a diario en Instagram o como cuando funcionan los ejercicios para evitar el estrés y la ansiedad-. “Nada puede salir mal”, pensé mientras me intentaba mimetizar con la música y la carretera vacía. Si alguien me hubiera dicho la idea que estaba a punto de asaltarme, habría creído que me estaba mintiendo.

Y sí, la seguí: esa tarde escribí a mi ex (una vez que había dejado de conducir, claro), y organizamos un plan para quedar a tomar café. Varios días más tarde, cuando había vuelto a mis cabales, cancelé la cita.

¿Por qué le escribí siquiera? Al igual que Adele, quería decirle “hola”. Pero a diferencia de Adele, no tenía ninguna intención de pedirle perdón por todo lo que había hecho. Porque tampoco había hecho nada (excepto, quizás, optar por ir en una dirección diferente en el proyecto que es mi vida amorosa). Si tuviera que pedir perdón por algo, le habría llamado como hizo Adele, o quizá le habría dejado un mensaje en ‘Insta’. Pero no tenía que hacerlo. Y ya me costó lo suficiente saber ejecutar todas las claves sobre cómo dejar a tu pareja.

Después de pensar en ello y de un par dde debates con mis amigas, tuve que enfrentarme a la cruda realidad: nunca existe una razón lo suficientemente buena para escribir a tu ex.

Repasemos un par de datos sobre WhatsApp y los mensajes:

  1. Un mensaje suele ser corto y simple.
  2. Un mensaje es algo que se manda desde casi cualquier parte del mundo y sin necesidad de reflexionar mucho sobre ello.

Ahora comparemos un mensaje de WhatsApp con una ruptura amorosa. La segunda es un mensaje largo y complejo, uno que, por lo habitual, requiere una gran inversión de premeditación (y posmeditación). Una ruptura, en el peor de los casos, es extremadamente dolorosa. En el mejor, logra que las dos partes se replanteen las decisiones que han tomado a lo largo de sus vidas. Si cada acción provoca una reacción similar y opuesta, concluimos que un mensaje de WhatsApp no está a la altura de una ruptura. Es demasiado perezoso e impreciso para transmitir toda la emoción que lleva ese ‘hello from the other side’.

Según los expertos, esas ansias repentinas de escribir a tu ex pueden proceder de muchos sitios: aburrimiento, soledad, un calentón, necesidad de atención o el inexplicable e irracional deseo de crear el caos en nuestras propias vidas. Son impulsos legítimos, pero ¿por qué le vas a dar a tu ex la innecesaria alegría de satisfacerlos? Si estás aburrida, sal a cenar con una amiga, prepárate un máster o córtate el flequillo. Si tienes un calentón, bájate una nueva ‘app’ o mastúrbate (aquí te damos las claves para la masturbación sin juguetes sexuales: una guía práctica). Si aun así, decides mandarle un mensaje a tu ex, no pasa nada –es tu elección–, pero recuerda que la pasión del ‘Hello’ que le mandes a ese tío al que dejaste va a ser bastante menos elegante que el de Adele.

Es cierto que no todos los ex son horribles, pero déjame que te pregunte una cosa: si realmente tuvieras una razón de peso para retomar el contacto con alguien con quien salías, ¿de verdad crees que hacerlo a través de un mensaje de WhatsApp es la mejor idea? Probablemente, no. Si se trata de una disculpa, se merece, al menos, una llamada de teléfono. Cualquier cosa que puedas decirle a un ex a través de un mensaje posiblemente no merezca la pena ser dicho, por mucha satisfacción inmediata que provoque.

A este consejo se le puede dar la vuelta. Unos días después del banco de nubes que nubló mi juicio, tuve la oportunidad de experimentar la situación opuesta. Con ‘Hello’ en la radio no me sorprendió demasiado cuando me llegó un mensaje de un chico con el que salía en mi Universidad: “Qué tal, he estado pensando en ti”.

Él había estado pensando en mí, pero en todo lo que podía pensar yo es que nadie le escribe a su ex cuando está en sus cabales.

‘Psss’: por otra parte, si lo que te ocurre es que incluso te estás planteando volver con tu ex, la psicóloga María Esclapez tiene unos cuantos consejillos que puedes leer antes.

Cosmopolitan

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