Con frecuencia, asociamos la infidelidad a la falta de amor, pero esta también se puede producir cuando el enamoramiento sigue presente. Conoce las principales razones que lo explican.
Sentir que amo a mi pareja, pero le soy infiel, es un cuestionamiento frecuente en algunas personas que caen en el terreno del engaño. Ante esta interrogante, es posible trasladar la culpa a su compañero/a; también pueda que se acusen a sí mismos.
Pero no solo es cosa de una parte, sino que muchas veces tiene que ver con la relación en sí. Con el objetivo de examinar en profundidad tu vínculo, a continuación, te daremos algunas respuestas a los motivos de la infidelidad.
1. Falta de experiencias novedosas
La búsqueda de sensaciones es un factor de personalidad que está detrás de muchos comportamientos infieles. En este caso, tiene que ver con la descarga de dopamina que siente una persona cuando hace algo novedoso y que se aparta de las reglas sociales.
En este sentido, de acuerdo con un estudio publicado por la Universidad de Nuevo León, la variable más predictora del deseo de ser infiel es la búsqueda de sensaciones en el ámbito sexual.
Este rasgo está presente en todos nosotros, pero en diferente medida. Aquellos que lo tengan más alto tenderían a salirse de lo que se considera una relación convencional, lo cual incluye recurrir a amantes solo por el placer de la situación.
En este sentido, de acuerdo con un estudio publicado por la Universidad de Nuevo León, la variable más predictora del deseo de ser infiel es la búsqueda de sensaciones en el ámbito sexual.
Este rasgo está presente en todos nosotros, pero en diferente medida. Aquellos que lo tengan más alto tenderían a salirse de lo que se considera una relación convencional, lo cual incluye recurrir a amantes solo por el placer de la situación.
Hablamos de un tipo de personas que les gusta proyectar una buena imagen. También, suelen actuar de una forma seductora con el fin de atraer a su terreno a quienes llaman su atención.
3. Insatisfacción
Las carencias en el plano sexual son un claro motivo que inclina la balanza hacia la infidelidad. Aun así, esto no quiere decir que sea la solución más acertada, pues se hace un daño al otro miembro.
Nuestra recomendación es exponerle que no sientes satisfacción y, por el contrario, eso limita el deseo sexual pues te hace falta más en la intimidad. Solo de esta manera llegarán a una solución consensuada que complazca a los dos.
4. Problemas en la comunicación
La falta de una buena comunicación de pareja es un conflicto habitual en aquellas que sufren desgaste. Aunque a este aspecto no se le acostumbra a dar mucha importancia, resulta que es la base de una relación y, en el momento que falla, aparecen los problemas.
Es normal que uno se sienta incomprendido si es incapaz de comunicarse con su compañero. En consecuencia, puede buscar fuera de la relación a otra persona con quien la comunicación sea fluida y el entendimiento claro.
5. Creer que el amor se acabó
La persona que decide ser infiel podría interpretar que el amor con su pareja se agotó. Quizás porque no lo percibe de forma tan intensa como al principio, o tal vez su compañero/a no avance en la misma dirección en el proyecto vital que tienen en común. Cualquiera que sea la razón, se ve la infidelidad como una puerta de escape rápida ante un escenario que se percibe como si no tuviera salida.
6. Carencias emocionales
Las carencias en los afectos o los vacíos emocionales se convierten en los obstáculos más grandes en una pareja. Esto ocurre cuando uno no es capaz de corresponder a las necesidades emocionales de la otra persona.
Pueden desembocar en infidelidades, pero no tanto en la búsqueda de un compañero sexual, sino en establecer un vínculo afectivo con alguien para obtener algo que tu compañía actual no es capaz de proporcionarte. Tal vez cariño, comprensión o, simplemente, la escucha.
7. Ir demasiado rápido en la relación
Avanzar con rapidez en una relación es un juego peligroso, pues si las cosas se hacen de forma precipitada se corre el riesgo de sufrir desgaste. A pesar de que al principio se tengan ganas de hacer muchas cosas juntos, lo mejor es ir con prudencia.
Si no quieres desgastar el sentimiento demasiado pronto, tómatelo con calma. Recuerda que un vínculo sólido y sano se construye con paciencia y llevando un ritmo tranquilo.
8. Tener alguien por si falla la pareja
«Amo a mi pareja, pero le soy infiel». Esto, a veces, también es producto de querer contar una segunda opción, previendo una posible ruptura antes de que suceda. A pesar de que todo vaya bien, hay quienes piensan que tarde o temprano el amor acabará y por eso toman la decisión de conocer a un tercero para que actúe de suplente.
9. Sentimientos negativos
Que la otra parte nos provoque emociones negativas es algo que sucede en toda relación. De hecho, es algo inevitable y no es malo, siempre que uno los sepa reconocer y los comunique.
Sin embargo, cuando estos sentimientos se silencian, o se intentan ignorar, acaban por salir de otra manera. Por ejemplo, la rabia o el enfado no identificado se transforma en ganas de venganza hacia él o ella.
10. Repetición de patrones del pasado
Nuestra historia de aprendizaje nos marca mucho a la hora de relacionarnos con los demás. Si experimentamos en el pasado la fragilidad de vínculos y nos vimos marcados por el abandono, es probable que en el futuro hagamos algo parecido con nuestras parejas.
11. Factores situacionales
Hasta ahora nos centramos en aspectos que tienen que ver con cada miembro de la pareja o con el vínculo en sí, pero no podemos ignorar que alrededor existe un conjunto de determinantes sociales.
Estos no actúan de forma causal, sino indirecta, al aumentar o disminuir la probabilidad de cometer un desliz. Por ejemplo, si te rodeas de amigos infieles, es más previsible que termines por adoptar ese comportamiento.
¿Qué hacer si he sido infiel y me arrepiento?
Cometer una infidelidad es algo que cambiará tu relación, pero no tiene por qué acabar con ella si sabes cómo manejar la situación. Lo primero es contar con honestidad lo que sucedió, cuándo y dónde. A continuación, ofrecer una disculpa sincera; esta es la parte más difícil e importante. Para que se perciba de esta forma, tienes que manejar tanto las palabras como los gestos.
A partir de este punto, la continuidad del vínculo depende de si la otra parte acepta las disculpas o no. Si te perdona, tienes que comprometerte, tanto contigo como con tu pareja, a que la situación no se repetirá. La experiencia debe servir de aprendizaje para mejorar aquellos aspectos que no funcionaban entre ustedes.
¿Por qué algunas personas no se sienten culpables después de engañar a su pareja?
Es posible que tras ser infiel a su pareja, algunas personas sientan arrepentimiento porque «la amo». Pero no todos los que cometen un engaño experimentan remordimientos. Están quienes mantienen relaciones de forma paralela durante muchos años, sin darse cuenta del daño que hacen.
La principal razón es que en realidad la relación ya estaba rota tiempo atrás. Dos personas pueden estar juntas por muchos motivos, aunque el amor entre ellas acabara hace tiempo.
Otro motivo sería el utilizar la infidelidad como una venganza, o para ajustar cuentas del pasado. En estos casos, existe un grave problema de comunicación entre ellos que no permite resolver los problemas mediante las palabras. Pero esto para nada justifica el engaño.
La última razón sería la menos frecuente: se trata de alguien con un trastorno de personalidad, como el narcisista o el antisocial, que carece de empatía. Sus deseos e impulsos están por encima de cualquier cosa. Por tanto, no sienten que hieren a alguien.
Construye relaciones sanas y evitarás estas situaciones
«Soy infiel, a pesar de que amo a mi pareja», es la consecuencia de un vínculo insuficiente. Es el resultado de una o varias razones, pero todas ellas evitables si se hace el esfuerzo por trabajar de la mano con la otra persona.
De acuerdo con un estudio de la Universidad Autónoma del Estado de México, en una relación sana es necesario que se dé un alto nivel de apoyo, confianza, protección y aceptación. Estas cualidades no se adquieren de la noche a la mañana, sino que requieren tiempo y dedicación.
La pareja es el segundo vínculo más importante que establecemos en nuestra vida, después de nuestros padres. Por tanto, cuidarlo no solo es tener en cuenta a la otra persona, sino también a nosotros mismos.