Psicoterapia existencial, definición y características

Hablamos del enfoque terapéutico con base en la corriente filosófica existencialista, donde reflexiones sobre temas como la muerte, la responsabilidad y el sentido de la vida impulsan al individuo a la acción.

Sin importar tu origen ni las circunstancias de tu crianza, el hecho de existir te lanza a un juego de desafíos universales: la libertad, la responsabilidad, la muerte y la falta de sentido. Todos ellos son sufrimientos comunes que compartimos y que, en ocasiones, es necesario abordar en la psicoterapia existencial.

Bajo la premisa «la felicidad es la simple armonía entre los seres humanos y las vidas que llevan», este enfoque busca guiar a las personas a enfrentar sus problemas de forma activa y cultivar una vida auténtica y significativa. Veamos qué más abarca.

¿Qué es la psicoterapia existencial?

Cuando hablamos de psicoterapia existencial nos referimos a un método que integra la fenomenología en la comprensión de la experiencia subjetiva y los fundamentos filosóficos existencialistas, para abordar cuestiones y preocupaciones inherentes a la vida.

El enfoque se considera parte de la corriente psicológica humanista. Su metodología no sigue un conjunto rígido de técnicas, sino que se adapta a las necesidades individuales. En este caso, se fomenta el diálogo profundo, la reflexión sobre el momento presente y la exploración de significados y toma de decisiones personales.

El hombre está condenado a ser libre; porque una vez arrojado al mundo, él es responsable de todo lo que hace.

~ Jean Paul Sartre ~

Principales referentes del existencialismo

Como corriente filosófica, el existencialismo destaca la libertad individual, la responsabilidad y la búsqueda de sentido de la vida. Algunos de los principales pensadores que han dado forma a estas ideas son Albert Camus, Jean-Paul Sartre, Martin Heidegger, Søren Kierkegaard y Simone de Beauvoir.

Intelectuales de esta talla dejaron un legado filosófico profundo y sus contribuciones no solo resuenan en la sala de lo académico; también proporcionaron una base sólida en el campo de la terapia psicológica.

De la filosofía a la psicoterapia

Por su parte, figuras como Irvin D. Yalom, Viktor Frankl y Rollo May llevaron estas ideas al ámbito práctico de la psicoterapia, pues mostraron cómo pueden aplicarse en el contexto clínico. Yalom identifica cuatro preocupaciones existenciales que generan angustia y conflicto interno: la muerte, la libertad, el aislamiento y la carencia de sentido.

Por su parte, el psiquiatra austríaco Viktor Frankl, creador de la logoterapia, se enfoca en la búsqueda de sentido como una fuerza motivadora esencial. En su obra principal narra sus vivencias como prisionero de los campos de concentración nazi, con un énfasis en la importancia de encontrar un propósito valioso, incluso en momentos adversos.

En cuanto a Rollo May, jugó un papel esencial en la introducción y desarrollo de esta psicoterapia en los Estados Unidos. Destacó nuestra dualidad como individuos al subrayar que somos «objetos», afectados por factores externos; y «sujetos», agentes activos capaces de tomar decisiones que impactan en la realidad.

A su vez, la terapia de aceptación y compromiso (ACT), perteneciente a la tercera ola, comparte afinidades con el existencialismo al proponerle al individuo comprometerse con sus valores personales y así encontrarle un sentido a su existencia.

Etapas de la terapia psicológica existencial

Para llevar a cabo este abordaje, la primera fase consiste en crear un vínculo de confianza entre el paciente y el terapeuta. Esta alianza es crucial de modo que el proceso sea efectivo. Además, se exploran los motivos de consulta y se definen los objetivos y expectativas. Aunque no hay un número fijo de sesiones, abarca, al menos, los primeros cuatro encuentros.

En la segunda etapa, ambas partes colaboran y se centran en el tratamiento en sí. Aquí tiene lugar un análisis más profundo de las preocupaciones, valores y patrones de comportamiento y pensamientos de la persona que busca ayuda.

A su vez, se identifican los recursos emocionales y las áreas de mejora, siempre con el objetivo de promover el bienestar. La duración de esta etapa también varía según la complejidad de los temas a tratar, la disposición del consultante para trabajar en ellos y la efectividad de las intervenciones terapéuticas.

La etapa final representa una transición hacia la autonomía, pero no implica que la persona esté exenta de futuros retos. Este período se alcanza cuando el paciente y el terapeuta consideran que se consiguieron los objetivos establecidos y que el individuo adquirió suficiente equipamiento emocional para enfrentar los desafíos de la vida de manera independiente.

Escenarios en los que la psicoterapia existencial resulta útil

Una duda frecuente es en qué casos resulta útil este tipo de terapia. Aunque no son las únicas circunstancias válidas, analicemos en qué situaciones obtendrías mayor beneficio de este enfoque.

1. Te aquejan preguntas sobre el sentido de tu vida

¿Te sientes inmerso/a en un mar de preguntas sin respuestas? ¿Descifrar el motivo de tu existencia te resulta casi imposible? En esos momentos en los que el significado de la vida se desdibuja, esta clase de psicoterapia actúa como brújula. En lugar de vagar perdido en la neblina de interrogantes, la terapia te invita a explorar en lo más profundo de tu ser.

2. Atraviesas una fase de cambios significativos

Si te encuentras en una etapa llena de cambios y te acompaña la sensación de que el suelo debajo de ti está en constante movimiento, podría ser el momento perfecto para explorar este enfoque.

Quizá consideras cambiar de carrera, una mudanza a otra ciudad o país, o te enfrentas a transformaciones en tus relaciones. Puedes ver un futuro estimulante lleno de oportunidades, pero quizás resulte una fase muy abrumadora. En estos contextos, la incertidumbre ocupa un lugar destacado.

3. Sientes insatisfacción o desconexión con la vida

La terapia existencial es eficaz para la depresión. El objetivo será aliviar la angustia, recuperar un sentido de vitalidad y reconectar con la vida, centrándose en el aquí y ahora. Además de reducir los síntomas, también busca promover una transformación en cómo percibes y te relacionas con el mundo.

4. Quieres trabajar en sufrimientos existenciales como la libertad o la muerte

Si te encuentras entre aquellas personas que tienen una tendencia natural a cuestionarse y explorar los matices de la existencia en un nivel más profundo, entonces este enfoque psicoterapéutico es para ti.

En términos generales, estas interrogantes se relacionan con la finitud de la vida, la capacidad de elegir y la responsabilidad asociada, así como la comprensión del amor en todos sus formatos. Se trata de aspectos explorados en el contexto del existencialismo.

5. Experimentas una crisis de identidad

Durante una crisis de identidad, las personas se encuentran en una profunda reflexión que lleva a cuestionar valores, creencias, metas y roles en la vida. ¿Te resulta familiar?

A menudo, dichas crisis surgen en momentos de transición o indagación de nuevas dimensiones de la propia identidad. Un claro ejemplo de esto es la adolescencia, un período en el que la individualidad se forja y se busca una comprensión de quién es y qué lugar ocupa en el mundo. Algo similar suele ocurrir al momento de la jubilación.

¿En qué casos se desaconseja?

Sin quitarle valor, la psicoterapia existencial podría no ser la elección prioritaria en algunos casos. Como cualquier enfoque, tiene sus limitaciones y puede ser más o menos conveniente de acuerdo con la persona y situación particular.

Por ejemplo, si buscas soluciones prácticas y estratégicas con resultados más rápidos, podría convenir abordajes más orientados a la resolución de problemas, como la terapia cognitivo-conductual. Lo mismo con aquellos que prefieren una orientación más directiva, con tareas y esquemas concretos.

Asimismo, cuando se requiera un tratamiento muy específico para trastornos particulares, como el TOC o la ansiedad social, es mejor considerar terapias específicamente diseñadas para esas problemáticas.

Por último, si la persona no se siente cómoda o afín con los principios filosóficos existenciales, podría ser más adecuado probar otras modalidades terapéuticas que se alineen mejor con sus creencias.

Cabe destacar que la terapia existencial no busca etiquetar o clasificar a las personas en categorías diagnósticas predefinidas.

Un diálogo íntimo entre el individuo y su propia existencia

La psicoterapia existencial se distingue como un enfoque terapéutico que busca comprender y abordar los desafíos humanos desde una óptica filosófica.

En lugar de quedarse en la superficie de los síntomas, este método pretender entender las raíces más profundas a través de preguntas existenciales sobre nuestra naturaleza y propósito. ¿Te animas a probarla?

Sharon Laura Capeluto.

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