Putin no tiene prisa en terminar la guerra de Ucrania, da igual quién gane las elecciones de Estados Unidos

Kamala Harris y Donald Trump tienen visiones radicalmente opuestas sobre cómo acabar con una de las crisis de seguridad más graves en las últimas décadas: la guerra de Ucrania.

La candidata demócrata se ha comprometido a continuar con la política del presidente Joe Biden, que consiste en armar a Ucrania para que se defienda por sí misma de Rusia.

Mientras tanto, el candidato republicano asegura que conseguirá un fin inmediato del conflicto a través de las negociaciones. 

Independientemente de quién ocupe la Casa Blanca en enero, los analistas creen que Putin mantendrá su estrategia de ganar la guerra por desgaste en lugar de terminarla.

Aumenta la presión sobre Ucrania

En los últimos meses, Rusia ha estado aumentando la presión sobre Ucrania, con un mayor aporte de tropas y suministros de artillería. Rusia ha logrado avances graduales pero importantes en el frente.

“Hay planes de llamar a filas a más de 160.000 personas”, adelantó el secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Ucrania, Oleksandr Lytvynenko, ante el Parlamento la semana pasada.

También se cree que Corea del Norte ha mandado miles de tropas para ayudar a Rusia en la guerra de Ucrania, según apuntan funcionarios de Corea del Sur, Ucrania y Estados Unidos.

“La ventaja clave ganada por Rusia (en prolongar la guerra) son “los acontecimientos”, explica a Business Insider el profesor de Inteligencia y Seguridad Nacional de la Universidad de Hull (Reino Unido), Robert Dover.

“Ucrania parece estar muy tensa por el conflicto, y esto es -en parte- producto de los números que Rusia es capaz de lanzar al conflicto”, añade.

Los planes de paz de Trump pueden envalentonar a Rusia

Los términos en los que Trump buscaría negociar la paz en Ucrania no están claros, aunque el expresidente ha criticado la ayuda enviada por Biden y ha sugerido que podría usarse como palanca.

También se ha cuestionado la efectividad de las sanciones de la Administración Biden contra Rusia.

El candidato a vicepresidente de Trump, JD Vance, ha esbozado recientemente un plan para acabar con la guerra en Ucrania bajo una posible nueva Administración Trump. Sus medidas pasan por el establecimiento de una “zona desmilitarizada” en los territorios ucranianos ocupadas por Rusia.

Ambos candidatos también se han cuestionado los compromisos de Estados Unidos con la OTAN, el pacto de seguridad que ha sido el principal baluarte contra la agresión de Rusia en Europa.

Sin embargo, los críticos a este plan advierten de que reducir la ayuda a Ucrania y, en efecto, entregar franjas de territorio a Rusia, se traduciría en la práctica en envalentonar a Rusia.

“Si Rusia sabe que su revisionismo territorial en Ucrania va a ser permitido por Washington, es difícil creer que Moscú no hará lo mismo en otras zonas (o incluso llegar más lejos en Ucrania, como ya hizo después de 2014)”, comenta a Business Insider el analista político de RAND Corporation, Paul Cormarie.

“La paz en Ucrania a favor de Rusia no es paz, es una tregua”, apunta.

Del mismo modo, socavar la unidad de Occidente criticando a la OTAN podría tener el mismo efecto.

Harris seguirá respaldando a Ucrania, pero no será suficiente

Por el contrario, Harris se ha comprometido a seguir apoyando a Ucrania. Desde 2022, este respaldo, materializado en asistencia militar, se ha traducido en 64.100 millones de dólares.

La ayuda estadounidense ha desempeñado un papel clave en ayudar a Ucrania a defenderse de la invasión rusa y a causar importantes pérdidas en las fuerzas de Rusia.

Sin embargo, la Administración Biden ha puesto importantes límites al uso de las armas que envía a Ucrania. Por su parte, Ucrania se ha quejado en alguna ocasión de que la ayuda estadounidense a menudo llega de forma poco sistemática.

Esto es parte del esfuerzo de EE.UU. por equilibrar su apoyo a Ucrania sin provocar a Rusia y causar una guerra mayor.

Pera la vez esto significa que es muy probable que Putin crea que puede continuar con su guerra de desgaste contra Ucrania si Harris llega a la Casa Blanca, puesto que no se espera que proporcione suficiente ayuda militar al país.

En esta guerra, Putin se ha jugado el futuro económico de Rusia, lo que evidencia la importancia de la victoria para el líder ruso.

Una de las herramientas clave que Biden ha utilizado para castigar a Rusia son las sanciones diseñadas para dañar su economía. De esta forma, ha limitado su capacidad internacional para vender petróleo y gas.

Sin embargo, Rusia ha conseguido abrirse a nuevos mercados en importantes economías, como China o la India. Esto ha hecho que el impacto económico de las sanciones fuera menos de lo que los expertos vaticinaban.

El economista Alexander Mertens escribió recientemente que, probablemente, Rusia sufrirá los daños económicos, independientemente de si continúa la guerra o no, lo que significa que no hay un gran incentivo para que Putin se detenga ahora.

Putin juega a largo plazo

Putin también piensa en la imagen global, según apunta Dover, de la Universidad de Hull.

China está siguiendo de cerca el conflicto de Ucrania, a la vez que sopesa si lanza una invasión sobre Taiwán, aliado de Estados Unidos, según prevén los analistas. El tablero internacional lo completa Oriente Próximo, envuelto en una guerra que podría ir a más.

Dover sostiene que una escalada de los conflictos en cualquiera de estas regiones podría reducir los recursos y la energía de Estados Unidos, y distraer la atención de Ucrania.

Un conflicto regional en Oriente Próximo ayudará a Rusia a mantener la guerra en Ucrania, con riesgos más bajos”, explica. Dover también advierte de que la situación es “una evolución fluida, condicionada por los acontecimientos”.

En general, la misión de Putin no es solo tomar Ucrania, sino trabajar junto con otros líderes autoritarios para dañar el poder global de EE.UU.

“A corto plazo, Rusia y China han adoptado una estrategia conjunta de confrontación a Estados Unidos y a sus aliados en Europa y Asia, respectivamente”, detalla el analista Jonathan Ward, del Instituto Hudson, en declaraciones a Business Insider.

Es probable que ni Harris ni Trump consigan apartar a Putin de su propósito de conseguir la victoria en Ucrania y sus grandes ambiciones globales.

“Ha asumido una responsabilidad personal por conseguir ese resultado y probablemente considere que vale la pena casi cualquier coste. Tratar de coaccionarle para que se rinda es un ejercicio infructuoso que sólo desperdicia vidas y recursos“, expone Peter Schroeder, exdirector adjunto de Inteligencia Nacional para Rusia y Eurasia en el Consejo Nacional de Inteligencia, en un artículo para para Foreign Relations, publicado en septiembre.

La mejor opción para Estados Unidos es jugar con Putin a su propio juego y ganarle en su guerra de desgaste, hasta que se muera o hasta que deje el cargo, escribe Schroeder en su artículo.

“Sólo entonces habrá una oportunidad para una paz duradera en Ucrania”, asegura.

Noelia F. Aceituno

Deja una respuesta