¿Qué es el “micro spending”? Así es el fenómeno online que está arruinando a la generación Z

Suele hablarse con frecuencia de las peculiaridades laborales que acostumbra a demandar la generación Z. No solo los jóvenes parecen desear jornadas más flexibles o trabajos menos exigentes, sino que también sufren la desconfianza de muchos jefes, que no ven con buenos ojos los inevitables cambios generacionales. Pero su impacto económico ni empieza ni termina ahí.

Muchos expertos ya hablan de lo que han llamado “micro spending”. Un fenómeno que no es absolutamente exclusivo de la generación Z ni de los jóvenes en general, pero que sí tiene un efecto mucho mayor en ellos, al ser principalmente digital. Tanto es así, que no faltan quienes argumentan que la ruina de muchos chavales está más que garantizada, al menos si todo sigue igual.

¿Qué es el micro spending y cómo afecta a la generación Z?

Básicamente, el micro spending no es otra cosa que lo que podría traducirse como gastar en pequeñas cantidades. Este fenómeno consiste en realizar compras frecuentes y virtuales, como suscripciones, snacks, apps o compras dentro de videojuegos. Aunque cada transacción individual parece irrelevante, la suma de todo puede terminar por ser desastrosa, sobre todo dadas las circunstancias.

Nada de esto es casualidad, claro. Tal y como señalan diversos estudios, Según estudios, el comportamiento que lleva a cabo la generación Z está muy influido por la gratificación inmediata que ofrece el comercio digital y al que Internet ha acostumbrado a los jóvenes). De alguna forma, además, la falta de un “dinero físico” ha provocado que no existe la misma sensación de pérdida. 

Hay que tener en cuenta, de la misma manera, que los gastos pequeños, por así decirlo, tienden a pasar desapercibidos, incluso entre jóvenes que no tienen grandes ingresos. De hecho, esta es otra de las claves: al no tener la capacidad de realizar inversiones potentes (como comprar una casa), los jóvenes gastan su dinero en lo que podrían denominarse caprichos efímeros o banalidades.

De hecho, no es descabellado pensar que, en el fondo, todo está relacionado. Según un trabajo de investigación llevado a cabo por Barclays, más de la mitad de los jóvenes de 18 a 24 años en el Reino Unido siente una presión financiera considerable. Esto, en lugar de incitar al ahorro y la prudencia, crearía el efecto contrario: un mayor desajuste entre ingresos y gastos, con lo que eso conlleva.

Un problema que afecta a la salud mental

De un tiempo a esta parte, es frecuente escuchar hablar de salud mental, asociada esta a casi todo: la adolescencia, el estrés laboral o hasta la distribución de una vivienda. Pero lo cierto es que los expertos insisten en que el fenómeno del micro spending o este afán de los jóvenes de tener pequeños gastos continuos también puede afectar a la salud mental, y no de manera superficial.

O dicho de otra forma: la acumulación de gastos pequeños no solo afecta las finanzas, sino que también puede generar estrés. Muchas veces, los jóvenes no perciben hasta qué punto sus decisiones de consumo afectan sus ahorros, pero esta falta de control casi siempre deriva, antes o después, en un incremento de la ansiedad. No es para menos.

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