Qué es una hipoteca puente y cuándo conviene utilizarla

Dentro de las hipotecas nos podemos encontrar con distintas modalidades. Una de ellas es la llamada hipoteca puente que, como su nombre indica, nos permite establecer un puente entre dos viviendas. 

Si nunca has oído hablar de ella, pero estás pensando en comprar otra casa mientras se vende la tuya, esto te interesa.

Qué es una hipoteca puente

Tal y como refleja la publicación de Help My Cash, una hipoteca puente es un préstamo hipotecario que te concede un banco o entidad y que sirve para comprar una vivienda nueva mientras la actual se vende.

En realidad, el banco lo que hace es tomar como garantía del préstamo ambas viviendas. Es decir, que si hay un impago de las cuotas de ese préstamo el banco está capacitado para emitir una orden de embargo de las dos hasta que recupere el dinero que te ha dejado.

Otra de las características de una hipoteca puente está en el periodo de carencia. Durante ese tiempo, que suele ser de unos cinco años como máximo, sólo tienes que pagar intereses y no amortización del capital. Pasados los años, tendrás que hacer frente a una cuota más alta. Sin embargo, se supone que para esa fecha ya habrás vendido tu casa y tendrás más liquidez.

De hecho, y relacionado con la venta, el banco establece un periodo entre seis meses y cinco años para que la vendas. Pero si tienes la mala suerte de que no sea así tendrás que soportar una cuota más alta.

La hipoteca puente, por lo general, cubre el 100 % del valor de la nueva casa, así como lo que quede por pagar de la hipoteca anterior. Pero para poder solicitarla y que se te sea concedida es necesaria una tasación previa de la vivienda nueva y de la actual.

Cómo solicitar una hipoteca puente

Las hipotecas puente son uno de los productos financieros que se recomienda en supuestos en los que se ha encontrado una casa, pero aún no has vendido la que tienes. Sin embargo, también puede ser útil si has firmado un contrato de arras próximo a vencer.

En caso de que te interese solicitarla, lo primero será hablar con el banco para ver si disponen de este servicio y, en caso positivo, qué te ofrece. No te quedes con la primera opción. Siempre que sea posible mira en otros bancos y compara para quedarte con la mejor.

Por supuesto, va a requerir de cumplir una serie de requisitos, como son el poder vender tu vivienda actual y que esta esté a menos del 80 % del porcentaje pendiente de pago. Aparte, necesitarás que evalúen las propiedades, tanto la nueva como la actual. Y, además, que tengas capacidad de pago para hacer frente a las cuotas.

Durante unos días, o semanas, el banco estudiará tu caso para ver la viabilidad del proyecto. En caso de que te la conceda, faltarán unos días para que la tengas en el banco.

En caso de que te la denieguen, tendrás que esperar a vender tu casa o ampliar la hipoteca de la casa actual, aunque eso implica tener que pagar cuotas más altas. Por último, podrías contratar una segunda hipoteca, si bien no es lo recomendable.

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