Según Walt Disney, las películas de fantasía resumen lo mejor del mundo cinematográfico. Desde grandes historias basadas en las emociones, hasta universos detallados que recorren planetas, dimensiones y parajes mitológicos. El género representa la capacidad humana para concebir lo imposible y hacerlo realidad a través de los múltiples recursos del séptimo arte.
Por supuesto, el cine de fantasía ha evolucionado con el transcurrir de las décadas. Lo que comenzó con sencillas historias en dibujos animados que sorprendieron a los espectadores en 1940, cuenta hoy con criaturas asombrosas. Este género es, quizás, el que más se ha beneficiado de los avances técnicos y digitales de los últimos treinta años. Lo que le ha permitido crecer y afianzarse en el gusto del público.
Te dejamos cinco películas de fantasía que exploran sus diferentes facetas para ver ahora mismo en Disney+. De un demonio con gusto por la música clásica a una rata que desea ser chef. La selección recorre personajes entrañables y su manera particular de narrar historias conmovedoras.
Fantasía, la película clásica de Disney
La primera película antológica de Disney es mucho más que una obra de arte de la animación, aunque también lo es. Se trata de un experimento que une varias historias animadas con música clásica, lo que convierte al largometraje en una experiencia sensorial.
El estudio utilizó nuevas técnicas de dibujo y color, brindando a varias de sus mejores secuencias un nivel de detalle desconocido hasta la fecha. Pero también innovó en la narración con dibujos animados, mostrando fragmentos autoconclusivos en lugar de una historia lineal. El argumento de esta película mostraba pequeñas perspectivas de mundos de fantasía. Hadas volando de flor en flor, un hechicero torpe o un gigantesco demonio emergiendo de una montaña en mitad de la noche.
Además, se añadieron como banda sonora varias de las piezas más célebres de la música clásica universal. Desde la Tocata y fuga en re menor, de Johann Sebastian Bach, hasta la ya emblemática El aprendiz de brujo, de Paul Dukas. Esta última basada en el poema de Goethe del mismo nombre, publicado en el año 1797. El resultado fue una película de fantasía que desconcertó al público por su innovación. Aunque le llevó años encontrar el reconocimiento merecido, ahora mismo se considera un clásico del popular género cinematográfico.
Willow
En 1988, Ron Howard dirigió una película de fantasía y aventura con aires épicos que, más de veinte años después, se volvió un clásico familiar. La historia del aprendiz de hechicero que debe salvar la vida de una princesa bebé en compañía de una guerrera y un bribón cautivó al público.
Además, la película exploró en una historia que, sin ser demasiado original, era emocional e incluso filosófica. En esta ocasión, el conocido recorrido de los héroes tenía más relación con su aprendizaje espiritual que con las habituales proezas físicas. Todos los personajes buscaban un propósito más elevado que tan solo vencer al villano de turno.
Con referencias a las sagas literarias el Señor de los Anillos y las Crónicas de Narnia, Willow imagina mundos llenos de criaturas mágicas. No todas amables ni con intenciones transparentes. Pero sí lo suficientemente humanas como para ser parte de una aventura honesta con un final feliz. El mayor obsequio que una película de fantasía puede brindar.
Las crónicas de Narnia
La tetralogía cinematográfica, basada en la saga literaria escrita por C.S. Lewis, ha tenido un accidentado paso por el cine. En especial, debido al tibio recibimiento del público a sus dos primeras películas. Sin embargo, la entrega que adapta el volumen inicial es un hito del cine fantástico. Particularmente, por su forma de captar el aire sensible de un relato que abarca generaciones y muestra la esperanza de hallar un mundo extraordinario.
Cuando los hermanos Susan (Anna Popplewell), Peter (William Moseley), Edmund (Skandar Keynes) y Lucy (Georgie Henley) tengan que huir de la guerra, encontrarán Narnia, un territorio de leyenda. Se enfrentarán a una bruja y conocerán a un león que encarna las mejores cualidades del corazón humano.
Con su clara alegoría cristiana a cuestas, el libro ha sido criticado y alabado a partes iguales. Pero la película de fantasía de Andrew Adamson rescata la sensación de asombro de un paraje mágico y la transforma en un homenaje a la infancia. Aunque las películas fueron perdiendo calidad y terminaron por dejar la narración central incompleta, siguen ocupando un lugar importante en el género infantil.
Coco, México en una película de fantasía
La muerte no es un tema sencillo, pero Pixar lo aborda desde la cultura mexicana con ternura. Y lo hace a través de un paisaje fantástico que se extiende entre el mundo de los vivos y el de los muertos. La película propone un recorrido respetuoso a lo largo de la perspectiva mexicana —y latinoamericana— sobre el duelo y el luto.
Desde sus canciones, hasta personajes históricos de la región. Esta película de fantasía es una celebración a la identidad cultural de un país lleno de matices, contrastes e incluso contradicciones. Pero también es un acercamiento sincero y cuidadoso al fallecimiento de los seres queridos y la posibilidad de conservar su memoria. Todo un éxito cinematográfico que no te puedes perder.
Ratatouille
Remy (Patton Oswalt) nació con un olfato y un sentido del gusto privilegiados. Lo que hace que su mayor interés sea la cocina. Sin duda, podría haber sido el mejor chef de París, pero tiene un pequeño problema. Es una rata. Además, es hijo de una numerosa familia que no ve con buenos ojos sus extraños gustos. El disparatado argumento de esta película de fantasía podría haber resultado raro e incluso repulsivo, pero Brad Bird fue capaz de encajar con ingenio todos los elementos de la peculiar narración.
Alfredo Linguini (Lou Romano) también disfruta cocinando y es amante de los buenos platos, pero no tiene ningún talento para llevar a cabo las delicias con las que sueña. De modo que, más por necesidad que por gusto, Remy se convertirá en su maestro y amigo. Y lo hará en medio de una situación desesperada que pondrá el talento del dúo a prueba. Una narración fantástica que, además, juega con la idea de la comida como puente con la infancia y los recuerdos más queridos.