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José Elías (49) lo tiene claro con las segundas viviendas: “Tener dos hipotecas es una gilipollez”

Muchos pensarán que ojalá se pudiera estar en la tesitura de comprar o no una segunda vivienda: eso significa que ya tendrías una y tienes el poder adquisitivo u oportunidad de comprar otra. Pero para expertos en finanzas e inversión como José Elías no es una buena idea, es más, lo tilda directamente de “gilipollez” y da varias razones y argumentos para ello. ¿No sería mejor tener dos en vez de un inmueble, para segunda residencia de verano y/o alquilar para tener otra fuente de ingresos, además de un activo más que vender en caso de necesidad y ante un mercado inmobiliario en constante subida? Pues parece que Elías no ve todo esto claro.

En este caso no opinó sobre ello en su podcast, sino en el más seguido en habla hispana, el de Jordi Wild. Allí fue claro: “Tener dos hipotecas es una gilipollez”, aseguró. Con esa frase resumió su visión sobre el mercado inmobiliario y la compra de una segunda vivienda. Asegura que solo tiene una casa, suficiente cuando entiendes que el valor real no está en cuántas propiedades acumulas, sino en cómo vives.

Su reflexión conecta con una duda recurrente: ¿realmente merece la pena comprar una segunda residencia? En España, donde la vivienda es una de las mayores aspiraciones familiares, la idea de tener un piso en la playa o en la sierra ha sido tradicionalmente sinónimo de éxito. Sin embargo, el escenario económico actual obliga a analizar con detalle los pros y los contras.

Ventajas de comprar una segunda vivienda

Repasemos estos pros y contras. Una de las principales razones para dar el paso es la comodidad. Contar con una segunda residencia asegura un lugar propio para vacaciones o escapadas de fin de semana, sin depender de hoteles ni disponibilidad de alojamientos. Puedes equiparla a tu gusto y olvidarte de hacer maletas interminables.

El ahorro en alojamiento también es un argumento de peso. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, el alojamiento representa en torno al 34% del gasto medio de unas vacaciones familiares. Disponer de casa propia reduce esa partida de forma drástica,  pero claro, a un coste de decenas o cientos de miles de euros.

Además, la compra de un inmueble sigue considerándose una inversión a largo plazo. En zonas turísticas con alta demanda, alquilar la vivienda en los meses en los que no se usa permite generar ingresos adicionales. La Costa del Sol, el Levante o zonas del norte como Asturias han visto crecer el interés por este tipo de rentabilidad.

Por último, está el componente emocional. Una segunda casa no solo es un refugio vacacional, también un espacio para crear rutinas y amistades locales, lo que muchas familias valoran como parte de su calidad de vida.

Los inconvenientes de una segunda residencia

Pese a estas ventajas, los contras son cada vez más evidentes. El primero es financiero: una segunda hipoteca puede suponer un fuerte sobreendeudamiento. Las entidades bancarias son más exigentes, ya que el riesgo de impago es mayor. Eso se traduce en mayores requisitos de entrada, necesidad de avales y tipos de interés más altos.

También hay que considerar los gastos ocultos. Más allá de la cuota hipotecaria, una segunda vivienda implica comunidad, suministros, seguros, IBI y mantenimiento. Todo ello puede elevar la factura anual en miles de euros.

Otro inconveniente es la falta de flexibilidad. Tener una residencia fija condiciona las vacaciones, limitando la posibilidad de descubrir nuevos destinos. Si disfrutas viajando a diferentes lugares, la segunda vivienda puede convertirse en una carga más que en un disfrute.

El aspecto de la seguridad tampoco es menor. Casas cerradas durante meses son objetivo fácil para okupas o robos. Eso obliga a invertir en sistemas de alarma o depender de vecinos que vigilen, lo que no siempre es viable.

A esto se suma un contexto de precios elevados: el valor medio de la vivienda en España ha subido más de un 7% en el último año, según datos del Ministerio de Transportes y Agenda Urbana. Incluso zonas que antes eran más asequibles, como pueblos costeros o áreas rurales, han visto encarecerse sus inmuebles.

Entonces, ¿qué conviene más?

Elías defiende pagar hotel en vacaciones: viaja tres veces al año y considera que la libertad que le da esa fórmula compensa. Esta visión contrasta con la de miles de familias que siguen viendo en la segunda residencia una inversión segura y un símbolo de estabilidad.

La respuesta depende del perfil de cada persona. Si buscas un destino fijo, quieres ahorrar en hoteles y cuentas con capacidad económica sólida, puede ser una buena decisión. Pero si priorizas la movilidad, no quieres atarte a deudas y prefieres diversificar tus ahorros, la opción de alquilar o pagar estancias puntuales puede ser más sensata.

Lo cierto es que, en la España actual, marcada por precios inmobiliarios en máximos históricos y condiciones hipotecarias más duras, la compra de una segunda vivienda requiere más reflexión que nunca.

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