«Todos me critican»: por qué me siento así y qué hacer

Sentirte siempre bajo la atenta mirada y crítica de los demás puede llegar a ser muy estresante y provocar la distorsión del autoconcepto. ¡Aquí te contamos cómo gestionar mejor esta sensación!

Sentir que los demás nos juzgan es una de las peores sensaciones que existen, además de uno de los mayores bloqueos a la hora de crecer y establecer vínculos. El pensamiento «todos me critican» es corrosivo, destructivo y paralizante.

Por ello, resulta imprescindible conectar con las emociones negativas que suscita el recibir críticas y buscar su origen para encajarlas mejor y no desarrollar ideas irracionales. Vamos a ahondar en su impacto y a compartir algunas recomendaciones para gestionarlas.

¿Por qué molestan las críticas?

Las críticas son una parte ineludible de las relaciones humanas. Cada persona es un mundo y nadie encaja a la perfección con los que tiene alrededor, por lo que resulta imposible que te guste todo de alguien (o que no tenga ninguna queja sobre ti). Estamos, por tanto, ante una interacción básica y útil, con una función social reguladora y que trata de prevenir futuros conflictos.

Pero no solo se trata de eso. Tomar en cuenta las opiniones de los demás ayuda a la formación del autoconcepto. Es decir, sí, las críticas nos importan porque las integramos en nuestro autoconcepto como una fuente de información adicional. Por eso, cuando se trata de información negativa sobre nosotros, las emociones que surgen de ello nos impulsan a cambiar para relacionarnos mejor con los demás.

¿Por qué siento que todos me critican?

Recibir críticas nunca es agradable, sobre todo cuando son destructivas o hieren nuestros sentimientos. En concreto, tienen los siguientes efectos en el receptor:

  • Ansiedad.
  • Baja autoestima.
  • Creencias irracionales.
  • Distorsión del autoconcepto.
  • Depresión o somatizaciones (a largo plazo y con exposición constante a ellas).

Recibir información negativa sobre uno mismo con una cierta frecuencia puede llevar a altos niveles de estrés. Incluso, llega un punto que podrías preguntarte si es cierto eso que dicen de ti (que eres maleducado, que trabajas mal o que no eres hábil en la cocina, por ejemplo).

En esos momentos, la distorsión del autoconcepto y el estrés podrían hacerte pensar que todo el mundo está en tu contra.

En sintonía con esto, se llega a un punto en el que cualquier gesto ambiguo se interpreta como negativo. En este sentido, palabras neutrales parecen críticas o que, incluso, los esfuerzos por complacer a los demás son despreciados. Ahí es cuando la frase «todos me critican» pasa de ser una sospecha a un axioma.

Percepción errónea de que los círculos sociales critican a menudo

«¿Es posible que me esté inventando que todos me critican?», te preguntarás. Bien, esto es lo que debes evaluar. Si bien es utópico alcanzar la objetividad pura a la hora de calificar los comentarios de los demás, sí es posible identificar ciertas señales que indican la existencia de una percepción distorsionada a este respecto:

  • Baja autoestima: cuando no se siente seguridad sobre la propia valía, las interpretaciones de las críticas tienden a reflejar esa falta de confianza.
  • Ansiedad social: este trastorno se relaciona directamente con la baja autoestima, de forma que es mucho más fácil malinterpretar opiniones ajenas o temer que los demás tengan un mal concepto de uno.
  • Alta autoobservación: al prestar demasiada atención a la propia forma de actuar, los defectos se perciben de una manera más aguda y representativa. En este caso, las críticas harían de falsa confirmación.
  • Experiencias traumáticas: una vivencia en la que las críticas sean especialmente destructivas —o se produzcan de manera sistemática— puede dejar una huella emocional duradera y que haga más propenso al individuo a interpretar futuras opiniones como negativas.

¿Qué hacer para gestionar mejor las críticas?

Puesto que no se pueden evitar, las críticas son una interacción que hay que aprender a gestionar. Cuanto mejor se lleven, más útiles serán para tu crecimiento personal y mejor sabrás responder a aquellas que solo buscan hacerte daño. Echa un vistazo a estos consejos.

1. Trabaja en tu autoestima

Tener el convencimiento de que eres una persona válida, digna de respeto y suficiente te ayudará a no tomarte las críticas constructivas de una manera personal. Además, serás capaz de reconocer y desechar las destructivas, a fin de evitar que hagan mella en tu autoconcepto.

2. Entrénate en habilidades sociales

El entrenamiento en habilidades sociales es una herramienta muy útil para reducir la ansiedad social y, por extensión, la sensación de que se reciben críticas muy a menudo. Además, este aprendizaje te ayudará también a adquirir recursos para responder a ellas de una forma asertiva.

3. Si crees que todo el mundo te critica, pregunta

En medio de toda la vorágine de estrés social fruto de las críticas, muchas veces no se aclaran las dudas, sino que se dan por confirmadas. Te sorprenderá cuánto se reduce tu ansiedad cuando abres un canal de comunicación y tratas de despejar tus sospechas.

4. Revisa tu lado perfeccionista y complaciente

Exigirte demasiado o tratar de tener a todo el mundo contento son errores que acaban por minar tu autoestima y proyectar tu inseguridad en las palabras de los demás. Dedica tiempo a reconciliarte con tus propios errores y a poner límites sanos a las personas que te rodean.

5. Consulta con un profesional de la psicología

Sentir que las personas de tu entorno tienen una mala opinión de ti y te la hacen saber demasiado a menudo podría ser parte de algo más grave, como depresión o trastorno de ansiedad social. Es difícil poner en marcha los consejos anteriores si tu malestar es intenso, así que lo mejor es que acudas a un profesional que te ayude a explorar esta cuestión.

Todo el mundo me critica, ¿y si es verdad?

Para terminar, queremos subrayar que sentirse atacado no siempre es una sensación irracional. A veces, las personas nos vemos inmersas en entornos tóxicos o recibimos abuso emocional; ambas son vivencias relacionadas con trastornos depresivos y de ansiedad.

Ante críticas destructivas constantes, considera salir del entorno lo antes posible. Hablamos de palabras dirigidas a herir la autoestima, a invalidar tus sentimientos o a lograr cambiar tu autoconcepto hacia lo negativo. Y, si dudas sobre tu criterio, insistimos: acude a un profesional para ordenar tus ideas y desechar sesgos e ideas irracionales. Quizá te estés salvando de una situación.

Sara González Juárez.

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