Cuando quieres aprender a hacer algo bien, el primer instinto suele ser recurrir a las personas que más éxito han tenido haciendo lo mismo. Ves un documental sobre Michael Jordan. Lees un libro sobre escritura de Stephen King. Sigues a un influencer en TikTok.
Estudiar a los grandes puede darte una dosis muy necesaria de inspiración, pero buscar en ellos consejos prácticos no suele ser la estrategia ganadora que piensas.
¿Por qué? Porque tú no eres ellos.
Lo mismo ocurre con la inversión. Algunas app para invertir facilitan a los inversores de a pie imitar la actividad de los inversores ricos y los gestores de carteras profesionales. Otras intentan “democratizar” la inversión permitiendo a cualquiera operar como los ricos —independientemente de sus recursos—.
Al fin y al cabo, si quieres hacerte rico, ¿por qué no seguir el ejemplo de los que ya lo son? Simplemente…, porque no eres ellos.
Como divulgadora financiera, sospecho mucho de la mayoría de apps para inversión que me encuentro. La perspectiva de derribar los muros y dejarnos entrar a todos en el mundo que antes estaba reservado a los ricos suena atractiva, pero ignora algunas realidades evidentes.
1. Los inversores más ricos empiezan siendo ricos
Aunque en Estados Unidos es bastante común confiar en el mercado de valores para ahorrar a largo plazo y considerar su rendimiento como un indicador de nuestra salud económica general, la bolsa no es para todo el mundo.
El 10% más rico de los hogares estadounidenses posee casi el 67% de la riqueza bursátil, según datos de la Reserva Federal de EEUU, por ejemplo. Puede que tengamos un acceso aparentemente igualitario al mercado, pero sólo unos pocos acaparan sus beneficios reales. Esto se debe, en primer lugar, a que son los que más invierten.
Al igual que en los juegos de azar, las mayores ganancias de la inversión se derivan de los mayores riesgos, pero también de las mayores pérdidas. Las personas que ganan asumiendo esos riesgos son las que pueden permitirse perder desde el principio. Por lo tanto, no deberías imitar su actividad a menos que te sientas igual de cómodo con la posibilidad de perder todo lo que inviertes.
2. Las apps de inversión están hechas para el trading, no para el ahorro
Yo clasifico a los inversores en dos categorías: traders y ahorradores. Hay muchos matices en la forma en que invierten cada uno, pero la diferencia más evidente es que los operadores invierten para enriquecerse, mientras que los ahorradores lo hacen para conseguir seguridad financiera a largo plazo.
La mayoría de la gente es ahorradora. Ese es tu caso si estás ahorrando para la jubilación a través de un plan de pensiones, por ejemplo. Pero también es el caso de la mayoría de las personas que ahorran agresivamente para una jubilación anticipada o para su independencia financiera.
La mayoría de las plataformas de inversión están diseñadas para que los usuarios actúen como operadores: animan a elegir valores individuales, operar con ellos con frecuencia y vigilar de cerca su rendimiento.
Los inversores ricos que tienen dinero para perder pueden disfrutar de la emoción de este juego, pero cualquier asesor financiero con credibilidad te dirá que esta no es la forma más segura o incluso más lucrativa de ahorrar para tu futuro —sobre todo si no tienes casi ningún conocimiento sobre negocios o mercados financieros—.
3. La inversión pasiva consigue los rendimientos más fiables
Aunque tuvieras los amplios conocimientos financieros de un trader profesional, lo más probable es que la inversión activa no sea tu mejor opción. Los propios fondos de inversión gestionados activamente no suelen batir al mercado —y son gestionados por agentes de bolsa profesionales a tiempo completo—.
Un fondo indexado que siga de forma pasiva la actividad de un índice bursátil como el S&P 500 tiene más posibilidades de obtener rendimientos positivos. Además, tienen comisiones más bajas.
A menos que inviertas por la emoción de las grandes ganancias y pérdidas, deja de buscar estrategias de inversión para hacerte rico de gente que ya lo es.
Recuerda que tus inversiones no son un juego, son tus ahorros. Si vas a ponerlos en el mercado, busca fondos seguros y estables para los ahorros de tu vida, así tendrás más probabilidades de que estén ahí cuando los necesites.