¿Alguna vez has sentido que quedarte en casa, viendo una serie o leyendo un libro resultaba más placentero que salir a hacer cualquier cosa? Es algo que nos ha pasado a todos en algún momento pero que, según parece, cada vez se está convirtiendo en una tendencia más repetida. Ciertas personas llevan esta rutina hasta el extremo.
Tanto es así, que ya ha recibido incluso un nombre: “cocooning”. Te contamos en qué consiste exactamente, cuándo puede llegar a ser preocupante y qué elementos sociales influyen cada vez más para volvernos más caseros. En ocasiones, hasta unos niveles sorprendentes.
¿Qué es el cocooning?
El llamado cocooning no es algo nuevo. O, al menos, este término comenzó a utilizarse allá por los años 80. Por aquel entonces no existían todas las propuestas de entretenimiento doméstico ni comodidades que hay a día de hoy, sobre todo relacionadas con la tecnología, pero ya empezaban a asomar por el horizonte.
Fue entonces cuando alquilar películas de vídeos, los videojuegos o comprar cosas a través del teléfono y ese tipo de propuestas se asentaron. Y hubo gente a la que no le pasó desapercibido. Por ejemplo, a la escritora Faith Popcorn. ¿No te suena su nombre? Es natural, pero esta consultora de márketing es muy popular en Estados Unidos, y sus libros han alcanzado cifras de ventas increíbles.
Esta mujer fue capaz de adivinar qué iba a suceder en el futuro, y acuñó el término cocooning para referirse a la costumbre de pasar cada vez más tiempo dentro de casa, reduciendo la interacción social y evitando en la medida de lo posible tener que salir a la calle. Cocoon, en inglés, significa capullo, como el de los gusanos.
El cocooning está más de moda que nunca, sobre todo entre los millenials, y comprender las razones no resulta complicado, pero sí interesante. Por supuesto, la pandemia y el confinamiento forzoso cambiaron las rutinas de muchas personas, pero no ha sido ni mucho menos lo único que ha desencadenado esta tendencia.
¿Por qué se produce el cocooning en la actualidad?
Es difícil saber qué se le pasaba por la cabeza a Faith Popcorn en los años 80, pero lo que es indudable es que actualmente existen muchos condicionantes sociales que incitan a que uno haga la vida alrededor de su sofá.
Las redes sociales y apps como WhatsApp han permitido poder hablar e interactuar con los demás sin tener que salir de casa, y los repartos a domicilio permiten que puedas comprar lo que sea, también tu menú favorito, sin tener que desplazarte a la tienda o al restaurante. Para colmo, el teletrabajo es una realidad que cada día más personas –y empresas- ponen en práctica.
Teniendo en cuenta todos estos elementos, más los añadidos que suponen las plataformas de streaming como Netflix, es razonable entender que la gente se esté volviendo más hogareña. Razonable sí, pero, ¿es saludable? ¿Seguirá esta tendencia y se volverá más extrema en el futuro? Si atendemos a las previsiones de expertos como Faith Popcorn, todo parece indicar que sí.